El preservativo es el método de prevención reproductiva más utilizado en el mundo seguido por las pastillas anticonceptivas. Para los hombres, otra opción de método disponible hasta el momento es la vasectomía, pero se trata de una alternativa quirúrgica e irreversible. En el pasado se probaron sin éxito píldoras anticonceptivas masculinas.
Ahora, con el objetivo de crear una alternativa anticonceptiva para ellos, una startup con sede en Virginia llamada Contraline desarrolló un nuevo tipo de anticonceptivo para hombres, que acaba de ser implantado en cuatro personas en el marco de un ensayo clínico inicial.
El método no involucra hormonas y su objetivo no es disminuir o detener la producción de esperma sino impedir que el esperma llegue a la uretra de los hombres, donde finalmente sería eyaculado.
Los espermatozoides se producen en los testículos y se almacenan en un órgano adyacente llamado epidídimo. Se transportan desde allí hasta la uretra a través de un tubo fibromuscular llamado conducto deferente. El anticonceptivo en estudio funciona bloqueando el paso del semen a través de los conductos deferentes.
ADAM, tal el nombre del anticonceptivo, se administra en forma de hidrogel, se inyecta directamente en el conducto deferente en un procedimiento ambulatorio que se realiza con anestesia local y lleva menos de 30 minutos.
Según explicaron desde la compañía que lo estudia, el anticonceptivo no afecta la sensación o la eyaculación, sino que actúa como una barrera para el flujo de esperma, bloqueando su viaje a través del tubo. “Los espermatozoides bloqueados se degradan naturalmente. Al final de la vida útil del gel, se licua, lo que permite que los espermatozoides vuelvan a fluir a través de los conductos deferentes”, detallaron.
Para el estudio, cuatro hombres recibieron inyecciones de ADAM en un hospital de Melbourne, Australia, la semana pasada. Los médicos controlarán los parámetros del semen de los receptores durante los próximos tres años y vigilarán de cerca la seguridad del anticonceptivo.
Según los informes, los efectos secundarios incluyen dolor leve e hinchazón mínima, aunque no está claro si éstos sólo ocurren después de la inyección o son más duraderos.
El próximo objetivo de los desarrolladores es poner en marcha un ensayo clínico más grande en los EEUU y que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) apruebe su producto. Si eso sucede, la empresa desarrollaría varias versiones de ADAM, que podrían tener alguna variante en cuanto a su tiempo de vida útil: esperan que haya una opción de un año y una opción de dos años.
Un cambio de mentalidad
Según la Sociedad Estadounidense de Andrología, los datos de encuestas multinacionales indican que entre el 29% y el 71% de los hombres usaría un anticonceptivo hormonal masculino. Ese es un rango bastante amplio y no muy concluyente, que podría reflejar la variación de posiciones entre diferentes países y culturas.
En opinión de Kevin Eisenfrats, el cofundador y director general de Contraline, la empresa desarrolladora, “la demanda de pacientes para el estudio ADAM ha sido tremenda, con un exceso de solicitudes para todo el ensayo dentro de las tres semanas posteriores a la apertura de la inscripción -dijo en un comunicado de prensa-. Esperamos avanzar en ADAM a través del desarrollo clínico y llevar este producto al mercado para transformar la forma en que las personas piensan sobre la anticoncepción”.
Fuente Infobae