SOS rayos UV: todo lo que hay que saber a la hora de elegir un protector solar

Además del FPS, hay otras características que deben tenerse en cuenta si de proteger la piel se trata. ¿Puede usarse un protector abierto el verano pasado? ¿Cada cuánto hay que reponerlo? ¿Puede usarse el de adultos en niños? Especialistas responden las dudas más frecuentes

A dos semanas del inicio del verano, las altas temperaturas parecen haber llegado para quedarse. Y con ellas los días de radiación solar alta, que obligan -más que nunca- a no salir a la calle sin protector solar. Ni hablar de cómo deberán protegerse quienes decidan pasar tiempo al aire libre, ya sea haciendo actividad física, en una pileta, en la playa, o bien en la calle para cumplir con las obligaciones cotidianas.

Bien sabido es desde hace un tiempo, que usar protector solar todos los días no sólo es el mejor método anti age sino que, además, previene los efectos de los rayos UV, que pueden dañar la dermis incluso los días nublados.

Ahora bien, hay una serie de dudas que giran en torno al correcto uso del protector solar, y que Infobae se dispuso a aclarar con especialistas.

Para empezar, la médica dermatóloga Velia Lemel (MN 66.657) señaló que “lamentablemente recién en esta época del año muchas personas se acuerdan de la importancia del protector solar porque empieza la temporada de pileta, playa, el sol está más fuerte y los días más largos”. Sin embargo, destacó que “debe usarse durante todo el año antes de salir de casa ya que el sol no se toma vacaciones en otoño e invierno”.

Los días cálidos invitan a pasar más tiempo al aire libre y es importante no olvidar la protección solar (Getty)Los días cálidos invitan a pasar más tiempo al aire libre y es importante no olvidar la protección solar (Getty)

Durante la pandemia por COVID-19 se tomó más noción de la importancia de exponerse al sol durante los horarios permitidos para sintetizar vitamina D, un nutriente esencial para fortalecer el sistema inmunológico y prevenir infecciones respiratorias virales y bacterianas. Estar al sol, además, fortalece huesos y dientes, equilibra el colesterol, disminuye la presión sanguínea, ahuyenta la depresión y nos llena de energía, entre otros beneficios.

Pero el sol es también la principal causa del envejecimiento cutáneo y aumenta las probabilidades de sufrir enfermedades en la piel.

“Un exceso de sol sin protección puede tener efectos muy nocivos: las consecuencias más reconocidas a largo plazo son el envejecimiento cutáneo prematuro (manchas y arrugas), aumento del número de lunares, cáncer de piel y variadas alteraciones oculares”. La médica dermatóloga Lilian Demarchi destacó que “cuando se habla de protección no sólo se refiere a la piel y a los protectores solares, sino también al uso de anteojos, de bálsamo labial con factor de protección, sombreros y ropa adecuada”.

Con ellas coincidió la médica dermatóloga y asesora científica de Avène, Cristina Pascutto (MN 57831), quien resaltó que “si bien es importante saber que la fotoprotección es necesaria todo el año, cuando la exposición solar comienza a ser más frecuente y más intensa, deben maximizarse los cuidados”.

Qué tener en cuenta el momento de comprar un protector solar

Para las pieles grasosas, las especialistas recomiendan protectores solares en emulsión o spray (Getty)Para las pieles grasosas, las especialistas recomiendan protectores solares en emulsión o spray (Getty)

En línea con lo anterior, Pascutto sostuvo que “a la hora de comprar un protector solar debe conocerse el tipo de piel, ya que no todas son iguales ante el sol, depende del fototipo”.

Y amplió: “Este viene definido por el color de la piel, color de los cabellos, la tendencia a las quemaduras solares y la aptitud al bronceado. Estas particularidades están genéticamente programadas. Tenemos pieles muy blancas, que enrojecen y nunca broncean, otras blancas que enrojecen pero broncean ligeramente, pieles mates que enrojecen pero toman un bronceado dorado y aquellas más oscuras, en las que el bronceado sucede desde el inicio de la exposición”.

“Una vez que conocemos nuestro fototipo ya podemos elegir la protección que mejor se adapte a nuestra sensibilidad natural al sol -recomendó la dermatóloga-. El mercado ofrece gran cantidad de productos que brindan eficacia y seguridad; hay que elegir aquellos de amplio espectro que cubran de los rayos UVB, UVA y luz azul”.

Y tras asegurar que “en la actualidad hay disponibles protectores con activos de punta como el Tinosorb, que extiende su poder fotoprotector a la luz azul de alta energía”, destacó que “asimismo hay formulaciones para pieles secas, seborreicas, acneicas, o sea de excelente cosmeticidad”.

Para hacer una breve síntesis, remarcó: “Para pieles secas serán mejor las formulaciones en crema, mientras que para las grasosas son preferibles las emulsiones o spray siempre oil free, al igual que en las pieles con acné. En tanto las pieles sensibles deben utilizar productos desarrollados para tal fin generalmente a base de filtros minerales y con la textura del biotipo correspondiente, y las pieles normales deberán optar por las emulsiones”.

“El protector solar de niños puede usarse en adultos, pero no a la inversa” (Getty)“El protector solar de niños puede usarse en adultos, pero no a la inversa” (Getty)

Tips para una mejor fotoprotección

Una vez adquirido el protector solar, conviene saber que su utilización “no implica un 100% de protección”, según aclaró Pascutto, ya que, “en general no se coloca la cantidad adecuada, no se vuelve a aplicar como debería y se barre con las horas y la transpiración”.

He aquí entonces un primer consejo: “Al aplicar el fotoprotector, la cantidad debe ser importante, sin escatimar, en forma pareja, sin olvidar cuello, escote, dorso de manos y pies, así como cuero cabelludo en hombres calvos. Aplicar media hora antes de exponerse al sol, repetirlo cada dos horas y después de cada baño o si se transpira mucho”.

“Uno de los errores más comunes es usar un factor de protección más alto en la cara que en el cuerpo (por ejemplo utilizar factor 20 para el cuerpo y factor 50 para el rostro)”, continuó Lemel, quien sostuvo que “esto no es correcto ya que el cuerpo debe cuidarse tanto como la cara; hay que tener en cuenta que tanto las manchas como los lunares pueden aparecer en cualquier parte”.

Y si bien a esta altura, es sabido que hay horas en las que directamente está desaconsejada la exposición al sol, para Lemel, “nunca está de más recordarlo”. “Las horas en las que debería evitarse el sol van desde las 10, con un pico de radiación al mediodía, que es cuando los rayos solares caen perpendicularmente sobre la tierra, y hasta las 16″, detalló la dermatóloga, quien agregó: “El efecto del protector solar dura dos horas y las mediciones del factor de protección, ya sea SPF 30, 50 o 60, siempre están tomadas con dos horas, por lo que es importante repetir la aplicación cada dos horas, y si estamos en el agua hay que repetir la aplicación con más frecuencia, excepto que sea un solar a prueba de agua”.

El uso de protector solar debe ser un paso más en la rutina de cuidado diario (Getty)El uso de protector solar debe ser un paso más en la rutina de cuidado diario (Getty)

Respecto a si puede utilizarse un protector solar abierto el verano pasado, Pascutto consideró que “si bien muchos fotoprotectores quedan del verano anterior y aún están vigentes, según su fecha de vencimiento, no se recomienda su uso ya que han estado abiertos durante largo tiempo, y sufrieron la exposición del sol, lo que ocasiona muchas veces una desestabilización de la fórmula y una protección no segura”.

Finalmente, una costumbre muy común es usar el mismo protector todo el grupo familiar, sobre lo que la dermatóloga aclaró que “el protector solar de niños puede usarse en adultos, pero no a la inversa”, y justificó: “Los protectores solares de niños no contienen perfume, son muy resistentes al agua y tienen una textura antiagresiones, que después de la aplicación crea una proteccion extra sobre la piel para protegerla de la arena, el cloro de la pileta o la sal del mar”.

Sobre esto, Demarchi apuntó que “la cosmética es lo que cambia de un producto para adultos a uno para niños. Y sobre todo la formulación, si son en spray, crema, etc”. “Si un protector de adultos no tiene en su composición activos antiage, despigmentantes, o lo que fuera agregado que el niño no lo necesita puede ser usado sin distinción de edad -aclaró-. Los protectores de niños no tienen color, perfume, son para pieles sensibles, o sea la protección no varía sino cómo está compuesto el producto final”.

Fuente Infobae

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