Gastroenteritis, intoxicaciones y dengue, entre las enfermedades más frecuentes de verano

Estos trastornos se evidencian en los chicos menores de cinco años y en los adultos mayores. También deben tener especial cuidado las personas con enfermedades cardiovascular, respiratoria, hepática y neurológica o con condiciones de inmunocompromiso.

 

Gastroenteritis, intoxicaciones alimentarias, dengue e infecciones de ojos y oídos son las cinco enfermedades con mayor frecuencia de consulta médica durante el verano. Los nenes y los lactantes pueden descompensarse fácilmente.

La mayor prevalencia de ciertas enfermedades en el verano se relaciona con el clima cálido y las altas temperaturas, ya que “favorecen la diseminación de virus, bacterias o parásitos”, entre los que se destaca “el rotavirus y la bacteria Escherichia coli”, explicó Ramiro Heredia (M.N. 117.882), médico clínico del Hospital de Clínicas José de San Martín.

Estos patógenos, ligados a enfermedades diarreicas, pueden transmitirse a través de “la contaminación del agua, alimentos o manos de las personas a partir de la materia fecal de los afectados”

A su vez, estas enfermedades se relacionan también con la pérdida de la cadena de frío necesaria para la conservación de los alimentos, la contaminación durante su manipulación y “con un mayor consumo de alimentos crudos o que no pasan por una cocción adecuada”, señaló el especialista.

A esta característica típica de la época estival, se suman los viajes a entornos distintos, donde “muchas personas se aventuran a consumir alimentos nuevos, regionales e incluso exóticos, desconocidos por su sistema inmune”, lo que genera que se puedan presentar “alergias e intoxicaciones alimentarias”.

En épocas de altas temperatura y humedad, es importante hidratarse bien. (Foto: Télam/Camila Godoy).
En épocas de altas temperatura y humedad, es importante hidratarse bien. (Foto: Télam/Camila Godoy).

En cuanto a los picos de calor, el médico explicó que una elevada temperatura ambiental “predispone al cuerpo a sufrir la enfermedad por calor”, que incluye agotamiento, injuria (daño a órganos y/o tejidos) y, en su forma más grave, el golpe de calor o insolación, también asociado al ejercicio y a los riesgos de deshidratación.

Protección bajo el sol

Heredia destacó que la exposición prolongada al sol, principalmente en horarios no recomendados (de 10.00 a 16.00 o 17.00), “hace que este sea un motivo frecuente de consulta”, y recomendó el uso de “factor de protección solar mínimo de 30, preferentemente de 50 para la cara y más si la persona es de tez muy blanca”.

Asimismo, esta época predispone la asistencia a colonias de vacaciones o la visita a ríos, lagos y mar, lo que hace “más frecuentes las infecciones de ojos, como la conjuntivitis aguda, y de oído, como la otitis media y otitis externa”.

Otra de las principales consultas médicas de esta época se relaciona al hecho de estar más tiempo al aire libre y abrir las puertas y ventanas para ventilar, lo que provoca un aumento de la frecuencia de casos por picaduras de abejas, avispas y mosquitos. ”Esto puede provocar dengue, del que se espera probablemente un número relevante de casos este año”, señaló Heredia.

Aedes aegypti, el mosquito que transmite dengue. (Foto: Archivo ARTEAR)
Aedes aegypti, el mosquito que transmite dengue. (Foto: Archivo ARTEAR)

En tanto, mientras que la mayoría de las enfermedades suele tener un patrón más universal de distribución en el país, el médico clínico explicó que “hay patologías que son más frecuentes en los ámbitos rurales o no urbanos”, como los casos de envenenamiento por animales ponzoñosos en áreas endémicas de alacranes, arañas y serpientes.

También “las embarazadas tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones, principalmente ante la enfermedad por calor, deshidratación, diarreas y enfermedades respiratorias”, indicó el especialista.

Diarrea en chicos

“Siempre es clave la higiene de las manos, especialmente antes de manipular alimentos. Hay que beber abundante agua potable y consultar al pediatra ante la aparición de diarrea y/o vómitos y/o fiebre”, remarca Omar Tabacco (M.P. 8.942), presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (S.A.P.).

El experto advierte: “No dar medicamentos. La prioridad es la hidratación”.

En términos clínicos, la Asociación Americana de Gastroenterología (AGA) clasifica la diarrea en:

  • Diarrea aguda: cuando la duración es inferior a 2 semanas.
  • Diarrea persistente: la duración se prolonga entre 2 y 4 semanas.
  • Diarrea crónica: dura más de 4 semanas de forma continua u 8 semanas intermitentemente.

Los signos de alarma, por los cuales se debe consultar al doctor son:

  • Fiebre alta (39°C o más).
  • Moco, sangre o coloración negra en las deposiciones.
  • Más de un día con diarrea.

“Es indispensable la reposición adecuada de líquidos. En los menores de seis meses con lactancia materna exclusiva, se debe aumentar la frecuencia de amamantamiento, y en el caso de los más grandes, hidratarlos con agua fresca y segura o jugos frutales naturales”, explica Noemí D´Artagnan (M.N. 65.604), médica pediatra y secretaria del Comité de Pediatría Ambulatoria de la S.A.P.

 

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