Autoextractivismo: aprender a amarnos de verdad

Podemos aprender a dejar de consumirnos internamente y a desarrollar una verdadera práctica de amor propio que seguro nos llevará a un nuevo destino.

 

Para algunos de nosotros, llegó un tiempo de exhalación frente al torbellino irrefrenable de emociones y exigencias a las que nos suele enfrentar diciembre. Pareciera ahora que todo empieza a tener un nuevo ritmo y podemos disfrutar de la desaceleración de lo colectivo.

Sin embargo, en lo personal podemos seguir confusos tratando aún de diseñar un año nuevo que a su fin nos haya dejado alguna sensación de meta cumplida y de progreso.

Mientras nuestras brújulas internas aún están en movimiento, sería muy bueno al menos prometernos aquello que vamos a intentar dejar de hacer y así seguir deconstruyendo capas y capas de todo lo que ya no somos.

Hace unas semanas encontré un concepto que me pareció la síntesis de muchos procesos que estaban sucediendo dentro mío y sin duda alguna de muchos y de muchas más: el autoextractivismo. Inmediatamente se me precipitó una toma de conciencia y una certeza de hacia donde ya no podía seguir yendo.

Como todos sabemos, el extractivismo es la acción de sustraer indiscriminadamente minerales y otros recursos naturales de la tierra y de la Tierra dejándola muerta e inservible.

Juli Dalzotto, más conocida en las redes sociales como @loba_somos publicó estos párrafos que me permitió compartir:

“Vaciarnos de nuestros propios recursos,

de nuestra sabiduría,

del propio pulso que acompasa el de la tierra.

Secarnos, hasta desvitalizarnos.

Callarnos, hasta ahogarnos.

Sobrecargarnos, hasta rompernos.

Maltratarnos, castigarnos en silencio

Ceder nuestra energía vital.

Endurecernos, para ser fuertes, poderosos, nunca débiles ni frágiles.

Caímos otra vez en la trampa capitalista productivista patriarcal”.

No disponer ni de una hora para nosotros, pero sí contar con 24 horas del día para los demás, para las tareas y las demandas… porque así nos van a valorar, más cerca de la muerte que de la vida.

Quería dejar(me) este recordatorio, para cada vez que intento entrar en el loop productivista frenética y flagelo a mi “yo” más blandita y receptiva que viaja por otros tiempos mientras me fundo con la naturaleza que me rodea.

No quiero olvidar el dolor que sentía mi cuerpo en aquellos años de (auto)extractivismo. Deseo recordarlo para no volver ahí.”

Así como @loba_somos compartió este sentir, hoy siento también la necesidad de poner sus palabras a disposición para que recordemos que aquello que se nos pretende hacer creer que era la Vida lo único que está haciendo es quitárnosla.

La imagen que proyectes de vos será la que vean los demás. (Foto: Adobe Stock)
La imagen que proyectes de vos será la que vean los demás. (Foto: Adobe Stock)

Tus propios recursos naturales: “Aprendemos a cuidar el medioambiente, modificamos muchos hábitos y reforzamos todo aquello que colabora con un mundo posible, autosustentable y respetuoso. ¿Sabemos hacer lo mismo con nuestra propia vida?

Hace casi un año, en “Esencia y Sentido” compartía esta nota. “Hay algunas preguntas que nos podemos empezar a hacer para cuidar aquello que está vivo también dentro nuestro. Necesitamos también recuperar el respeto y una mejor utilización de nuestros propios recursos naturales. Podemos aprender a transformar nuestra basura, a reparar lo roto, a cambiar aquello que nos intoxica por aquello que nos nutre y a reciclarnos a nosotros mismos”

Aún estamos a tiempo. Necesitamos reforzar estas prácticas para contar con nuestra propia fuerza, para volver a sentir el impulso vital, las ganas y la certeza de que no estamos solos. Dejar de practicar el auto extractivismo puede ser el plan inicial para que el resto suceda y se acomode por añadidura.

Cuando me amé de verdad: Con este concepto atravesándome y por propia resonancia con las preguntas que portamos, también llegó a mí un episodio del Podcast Liderazgo y Motivación, que hace desde tantos años el reconocido ( y muy querido) coach Daniel Colombo. ()

Daniel volvió a poner sobre la mesa, las hermosas palabras de Charles Chaplin en este poema que se puede escuchar aquí

Cuando me amé de verdad

“Cuando me amé de verdad

comprendí que, en cualquier circunstancia,

yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta,

y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.

Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima

Cuando me amé de verdad,

pude percibir que mi angustia,

y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal

de que voy contra mis propias verdades.

Hoy sé que eso es… Autenticidad

Cuando me amé de verdad,

dejé de desear que mi vida fuera diferente,

y comencé a aceptar todo lo que acontece,

y que contribuye a mi crecimiento.

Hoy eso se llama… Madurez

Cuando me amé de verdad,

comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona,

sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento,

o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.

Hoy sé que el nombre de eso es… Respeto

Cuando me amé de verdad,

comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable:

personas, situaciones y cualquier cosa

que me empujara hacia abajo.

De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.

Hoy se llama… Amor Propio

Cuando me amé de verdad,

dejé de temer al tiempo libre

y desistí de hacer grandes planes,

abandoné los mega-proyectos de futuro.

Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta,

cuando quiero, y a mi propio ritmo.

Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez

Cuando me amé de verdad,

desistí de querer tener siempre la razón,

y así erré menos veces.

Hoy descubrí que eso es… Humildad

Cuando me amé de verdad,

desistí de quedarme reviviendo el pasado,

y preocupándome por el futuro.

Ahora, me mantengo en el presente,

que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.

Y eso se llama… Plenitud

Cuando me amé de verdad,

percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme.

Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón,

ella tiene una gran y valioso aliado.

Todo eso es… Saber Vivir

No debemos tener miedo de cuestionarnos,

de hecho, hasta los planetas chocan,

y del caos suelen nacer la mayoría de las estrellas.”

Espero que recordemos este año que inicia como tiempo de transformación.

Aprender a tratarnos mejor a nosotros mismos, a respetarnos y a renunciar a todo aquello que ya no corresponde a quienes somos es fundamental para recuperar la fuerza interna y para entrar en verdadera conexión con “todo lo demás”.

El verdadero amor propio no es egoísmo ni narcisismo. “Ama a los otros como a ti mismo”, decía Jesús. La mayoría de las personas nos encontramos en uno de los polos: amamos demasiado nuestro falso sentido del yo, o nos negamos y solo nos ocupamos de los demás.

Que cada vez seamos más quienes podamos sentir verdadero amor propio. Que este movimiento sea solo un punto de partida para recuperar la fuerza y estar disponibles para lo que se nos abrirá como destino.

Que así sea.

Fuente TN

error: Contenido protegido!