Los 10 consejos clave para que la adaptación al jardín de infantes sea exitosa

El espacio abre al bebé las puertas de un nuevo mundo, ya que supone la sociabilidad y el contacto con otros ajenos a la propia familia. Cómo transitar el proceso.

Se acerca el día y nuestra ansiedad va en aumento, todo es novedad y expectativa. El primer día de Jardín de Infantes nos espera y las preguntas surgen espontáneamente.

1- ¿Por qué se llama período de adaptación?

Sin duda, nos tenemos que adaptar a separarnos, abrimos la puerta de casa y aparece un mundo ampliado, lleno de intereses nuevos.

“De casa, al mundo y de mamá, a la maestra”, un hito de despegue que quedará grabado para siempre en cuerpo y alma.

2. ¿Cómo presentamos el nuevo espacio?

La convicción será el ingrediente indispensable, es decir, sentir que aquello que estamos ofreciendo es lo mejor para nuestro hijo/a, que asistir a una sala de jardín es la opción ideal ¡sin dudas, temores ni fisuras!

Esta es la clave para transmitir nuestra propuesta con firmeza y seguridad, resultando una guía clara y orientadora que facilitará este pasaje.

Si, en cambio, nos sentimos inseguros, llenos de dudas y temores, el niño los captará y nos imitará de inmediato. Nuestra propuesta será confusa y débil y, por lo tanto, inservible como guía u orientación.

Será muy importante tomar conciencia que con cada gesto y palabra les estamos transmitiendo nuestra aceptación o rechazo al nuevo espacio.

Esta diferencia en el modo de presentación de nuestra propuesta puede facilitar o entorpecer el proceso de adaptación.

3. Vamos con el primer tropiezo: ¿Y si no quiere salir de casa?

”¡Al jardín nooooo!”, se escucha retumbar en las paredes de casa. ¿Qué hacer? Vamos con los No y los Sí.

  • No demostrar tu ansiedad, No oponerte, No enojarte.
  • Sí a calmarlo.
  •  a decirle algo que aleje el jardín de nuestro horizonte inmediato. Por ejemplo: “Para llegar al jardín falta mucho tiempo!! Primero tenemos que … ”.
  • Sí a un superrecurso que es nuestro ritual cotidiano, el que nos acompaña en el trayecto al jardín: Decirle algo así como “Primero nosotros vamos a visitar a nuestros perros vecinos que nos están esperando! o “Vamos al kiosco que tenemos que comprar tu chocolate para el recreo”, “Vamos a cantar nuestras canciones”, “Tenemos que buscar a tu amigo para jugar al veo-veo”. ¡Hay muchas posibilidades! Confío plenamente en la creatividad de cada madre y cada padre para armar su ritual cotidiano.

4- Un elemento fundamental: el tiempo

Sí, el otro elemento fundamental es el tiempo, ¡cuánto les recomiendo tener el necesario para poder recorrer ese camino de casa al jardín en paz! Ya sea en colectivo, auto, caminando o en bici, la famosa adaptación ya comienza en ese trayecto.

Porque cuando contamos con ese tiempo, muchas veces no más de 30′, los adultos nos serenamos y aparece esa cuota de paciencia necesaria para contener las vicisitudes que vayan apareciendo.

Lo ideal es comenzar a hablarles sobre el jardín de infantes unas semanas antes del inicio escolar. (Foto: Adobe Stock)
Lo ideal es comenzar a hablarles sobre el jardín de infantes unas semanas antes del inicio escolar. (Foto: Adobe Stock)

¡Habrá una diferencia abismal entre llegar llorando, arrastrado y malhumorado que hacerlo sereno y tranquilo! Ritual y tiempo, ¡dos aliados esenciales durante la previa a la llegada al jardín!

5- Qué hacer cuando finalmente hemos llegado al jardín de infantes

Obviamente, seguir las reglas del jardín y ubicarnos allí donde nos indiquen. El ingrediente que no puede faltar en este momento es nuestra voluntad de instalación, es decir, colocar nuestra cola en una sillita de jardín el tiempo que sea necesario. Lo que quiero resaltar es que nos tenemos que mentalizar y sentir que en ese momento el tiempo se detiene, no hay más apuros ni urgencias, solo instalación y entrega.

¡En esta cultura de tiempos agitados y vertiginosos, puede resultarnos todo un desafío! Instalados y ofrecidos, ¡dos claves esenciales para la adaptación!

6- Qué hacer cuando vienen a buscarnos

Debemos comprender que ellos necesitan dos cosas, por un lado, saber que estamos allí y por otro volver a mamá o papá para recibir un beso, hacer un upa, comer juntos una galletita o mostrarnos un nuevo juguete. Entonces, algunas premisas pueden resultar útiles:

  •  a recibirlo sin ansiedad, cóncava y mimosamente, siempre bajo el lema “instalados y ofrecidos”. De esta forma es como más rápido regresará con su maestra y compañeros.
  • No a angustiarnos y decirle nerviosamente “Andá con ellos, no ves que te estás perdiendo ese juego, no tenés que estar acá”. Así se sentirá echado y ansioso porque no está recibiendo lo que vino a buscar, insistirá más en quedarse y todo terminará en un enredo donde la ganadora es la tensión entre su voluntad y la nuestra.

7- El amor en dos tiempos

En el primer tiempo (o tiempo de llenado), me ofrezco tranquila para abastecerlo de todo aquello que necesita. Sería darle simplemente una dosis de mamá para poder seguir. Sin ansiedad, solo con paz y entrega.

En el segundo tiempo (o tiempo de descarga), una vez que percibo que ya recibió todo lo que necesitaba, entonces lo entusiasmo para enviarlo a su lugar nuevamente (en este caso su sala de jardín) diciéndole, por ejemplo, “Mirá qué lindo tren están haciendo tus compañeros, no te lo pierdas”.

¡Es impresionante cómo los chicos pueden volver a su ámbito mucho más rápido y contentos!

8. Dos errores comunes:

  1. Si prolongo demasiado el primer tiempo corro el riesgo del efecto pegote, es decir, favorecer que quede pegado a mí. Por ejemplo, quedará a upa mío y alejado de sus pares más tiempo del necesario.
  2. Si acorto demasiado el primer tiempo, estoy forzando su despegue, intentando mandarlo al ruedo precipitadamente, antes de tiempo. La respuesta de nuestro hijo se hará sentir, llantos, protestas y enojos porque aún le falta tiempo de llenado!

Respetar estos dos tiempos es clave para una adaptación saludable.

9- ¿Es importante la salida del jardín?

Es fundamental que sepa quién lo buscará cada día y llegar en horario (es muy feo quedar siempre último). Lo previsible (saber lo que va a ocurrir) otorga confianza y seguridad.

Los chicos se escolarizan cada vez más temprano y una buena adaptación es una inversión a futuro. (Foto: Adobe Stock)
Los chicos se escolarizan cada vez más temprano y una buena adaptación es una inversión a futuro. (Foto: Adobe Stock)

La salida del jardín es la gran fiesta del reencuentro luego de la separación que nos ha permitido disfrutar de nuestros espacios de autonomía. Rutina y Reencuentro, otros dos pilares de la adaptación.

9- ¿Qué hacer después del jardín?

He visto que hay dos modalidades opuestas. Hay niños con una mayor necesidad de descarga para quienes es indispensable jugar libremente, por ejemplo, lo ideal es en una plaza, después de haber obedecido normas durante todo el día; en cambio, otros niños tienen una mayor necesidad de descanso y tranquilidad y quieren llegar a casa lo más rápido posible.

10- Es importante estar presentes

Es absolutamente indispensable poder acompañar a nuestros hijos en este primer pasaje de casa al mundo. ¡Este modelo inicial de separación-autonomía-reencuentro quedará impreso para siempre y contribuirá como base emocional para adultos más sanos y equilibrados!

Fuente TN

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