Malos tratos y tarifas excesivas de taxistas y remiseros: «amenazó con robar las pertenencias de la pareja si no abonaba lo solicitado»

Cada vez son más los turistas y vecinos que no disimula su enojo con la desregulación que existe en el rubro de taxis y remises, a partir de la cual los precios son "a cara del cliente" y los malos tratos también. "El hombre les manoteo el dinero de la mano y de dió a la fuga", contó Juanell Falleau a LaVozDeCataratas

Iguazú (LaVozDeCataratas) En esta oportunidad, las víctimas fueron turistas a quienes un trabajador del volante quiso cobrar 8 mil pesos por el traslado desde al aeropuerto hasta un alojamiento ubicado en el Barrio Santa Rosa, distancia cuya tarifa normal no supera los 4500 pesos.

«Ayer llegaron unos huéspedes italianos y el remisero les quiso cobrar $8000  por el trayecto del aeropuerto a Santa Rosa. Cuando todos cobran normalmente $4500.  Como el turista ya sabía el precio le dijo que no le iba a pagar eso, entonces el hombre les manoteo el dinero de la mano y se dio a la fuga. Nunca vergüenza tremenda» relató Juanell Falleau a LaVozDeCataratas, el dueño del alojamiento aludido.

No solamente el precio excesivo fue el problema, si no que además el taxista amenazó con robar las pertenencias de la pareja si no abonaba lo solicitado: «Se hizo el enojado. Amenazó que se iría con las pertenencias de los huéspedes dentro del auto. El señor turista se da cuenta y se pone frente al coche, lo para y le dice «tenemos las maletas adentro». Entonces el chofer abre el baúl, les tira las mochilas al piso lleno de barro porque había dejado de llover hacía minutos, se da vuelta, le manotea todo el dinero en pesos, más reales que tenía la señora en la mano, se sube al auto y se va» añadió.

También señaló que en varias oportunidades los taxistas amedrentan a los turistas para lograr trasladarlos a lugares donde cobran una comisión: «En la mayoría de los casos, los remiseros o taxistas del aeropuerto tienen convenios con hoteles donde comisionan ya sea por servicios o por llevar cliente. En muchas ocasiones mis huéspedes llegar aterrados como si los estuviesen llevando a un lugar marginal e inseguro. Hace poco un francés bajó del taxi y me dice: -discúlpame pero tengo que decirte, el taxista me dijo que aquí me robarían todas mis pertenencias y me dejarían en la calle y me recomendó ir a otro hotel-. Está demás decir que gracias a dios la tranquilidad que ofrece Iguazú a los turistas aún es envidiable conociendo casos de ciudades turísticas dónde ni siquiera se puede andar.»

A estas irregularidades se suma las denuncias de vecinos de Iguazú por malos tratos, largos tiempos de espera, precios sin control y negativa de traslados a ciertos barrios.

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