Iguazú (LaVozDeCataratas) De esta última jornada de juegos y entretenimientos, participaron las infancias de los barrios Vecinos Unidos (complejo A 3-2), Los Patitos y Chacra 26 (ex Rowing), que recibieron la visita del presidente del directorio del IPLyC SE, Héctor Rojas Decut; el vicepresidente del Instituto, Mario Alcaraz, y la diputada, Sonia Rojas Decut.
Al término de estos 38 encuentros, Rojas Decut realizó un balance sumamente positivo del programa y manifestó que “estamos muy contentos porque para nosotros también fue un desafío. Cada día fuimos a buscar a niños de un barrio diferente y tuvimos una excelente respuesta de la gente, pudiendo superar los 2000 chicos al finalizar estos casi tres meses de actividades”.
Dijo que el objetivo está cumplido y que, seguramente, se irán incorporando otras actividades y programas para seguir trabajando junto a ellos, “llevarles alegría y sacarles una sonrisa”.
Indicó que las actividades pudieron desarrollarse “a partir de una gestión ordenada, transparente, y el compromiso social que nos caracteriza, y que viene de la mano del Gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, que, a partir de su sensibilidad social, siempre nos está trazando ejes en ese sentido”.
Sostuvo que “para nosotros es un desafío venir y escuchar a los padres que acompañan a los grupos –fueron 360 en total-, aprendemos de ellos, nos interiorizamos respecto a cómo están en sus barrios, cómo viven las familias, porque esa es nuestra tarea, llegar a quienes podamos”.
Desde los programas sociales del IPLyC SE, “buscamos generar espacios donde podamos encontrarnos, intercambiar opiniones sobre los valores, disciplinas deportivas, juegos, recreación. Siempre nuestros programas tratan de ser inclusivos, integrales en el abordaje”.
Reunida con un grupo de madres que acompañó a los contingentes, Sonia Rojas Decut puso énfasis en “lo importante que es para nosotros estar cerca de ustedes, escucharlos, ver cómo los podemos acompañar, y estar presentes a través de diferentes programas”.
Para Daniel Nicollier, profesor encargado de coordinar el equipo de trabajo, también fue un balance “súper positivo”. “Nunca un chico se fue triste porque no pudo jugar, siempre se divirtieron y comieron rico. Estamos felices porque les cambiamos al menos un día de sus vidas. Que hayan vuelto a casa cansados de hacer actividad física, y que compartieran momentos únicos que no sabemos cuándo se volverán a repetir, es grandioso”, aseguró, al tiempo que destacó el desempeño de sus compañeros: “somos jóvenes con energía, con pilas, con ganas de colaborar para que todos pasaran bien y se retiraran felices”
Más allá de fueran solo juegos, “siempre inculcamos que no hagan trampa, que respeten las reglas, que compartan con los más pequeños, que se sientan incluidos, que ocupen roles y respetaran el tiempo del otro. El juego no serviría de nada si no fuera para inculcarles valores, compañerismo, respeto, solidaridad, juego en equipo, que es todo lo que se repite a lo largo de la vida misma”.