Una contadora de 38 años del Ministerio de Trabajo de la Nación fue asesinada en su casa del barrio porteño de Constitución, donde la encontraron maniatada, golpeada y con signos de asfixia. Por el femicidio fue detenido su novio, quien estuvo casi tres días prófugo.
Más allá de que trascendió este jueves, la mujer fue encontrada el sábado en un departamento ubicado en la calle Pedro Echagüe 1149. El Ministerio estuvo en contacto con la familia de ella desde el momento en el que se conoció el crimen, según pudo saber TN.
El imputado, Jonathan Emmanuel Bin, de 37 años, es empleado administrativo del mismo lugar. Por su parte, la víctima convivía en el departamento porteño junto a su madre -que en el momento del asesinato estaba de vacaciones-, y sus dos hijas pequeñas.
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La víctima de 38 años tenía dos hijas. (Foto: Facebook/Emmanuel Jony)
De acuerdo a lo reconstruido por los investigadores, cuando sucedió el hecho la víctima estaba a solas con su pareja, ya que sus hijas habían salido al cine y a tomar un helado con su tío, hermano de la víctima, y su novia.
Las hijas encontraron el cuerpo: El cuerpo de la víctima fue encontrado el sábado por la noche cuando las niñas subieron al departamento y se encontraron con el cadáver de su madre. De inmediato, llamaron por teléfono a su tío para que regrese, ya que las había dejado en la puerta del edificio.
Los investigadores revelaron que la contadora fue encontrada tirada boca abajo en el piso de su habitación. A su vez, la autopsia indicó que murió por asfixia y por una serie de hemorragias internas.
Además, si bien todavía se están esperando otras pericias, los investigadores no descartan que el femicidio se haya producido durante un ataque sexual, según indicó la agencia Télam.
Al comienzo de la investigación, Bin, quien hace varios meses salía con la contadora pero no convivía con ella, se transformó en el principal sospechoso del femicidio. Esto se debe a que era la última persona con quien había estado la mujer en la escena del crimen. Como si fuera poco, el hombre dejó de ir a los lugares que frecuentaba.
Tras una serie de tareas de inteligencia y análisis de comunicaciones, lograron rastrearlo en el partido bonaerense de Hurlingham. Allí fue detenido cuando salió de la casa donde se refugiaba.
El juez Damián Kirszenbaum, quien está a cargo de la causa, imputó a Bin como presunto autor de un “homicidio agravado por haber sido cometido con violencia de género”, delito que prevé una pena de prisión perpetua.
