Pensamientos violentos y miedo a perder el control: así es la fobia de impulsión

Se considera como una variante de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Cómo reconocerla y cuáles son los tratamientos. La fobia a los impulsos se define como el miedo irracional a perder el control de uno mismo y dañar a los demás. Tiene que ver con ideas de pérdida de control que comporten daño físico o psicológico a los seres queridos o que afecten a uno mismo.

La fobia a los impulsos se define como el miedo irracional a perder el control de uno mismo y dañar a los demás. Tiene que ver con ideas de pérdida de control que comporten daño físico o psicológico a los seres queridos o que afecten a uno mismo.

La persona siente que “su cabeza piensa cosas que no quiere pensar”. Al intentar borrar estos pensamientos con todas sus fuerzas, la angustia se dispara.

“Los pacientes que sufren de fobia a los impulsos temen cometer violencia (especialmente física o sexual) contra una persona débil, como una persona mayor o un niño”, explica la doctora Monique Rey, psiquiatra.

Cómo reconocer una fobia a los impulsos:  “En presencia de un cuchillo de cocina, una persona con fobia a los impulsos puede, por ejemplo, estar aterrorizada de tomarlo y apuñalar a alguien en un movimiento loco. En la calle, puede tener mucho miedo de empujar a alguien y causar una lesión grave. En automóvil, puede temer atropellar a un peatón. Entre amigos, puede tener miedo de cometer una agresión sexual a un niño o un adulto”, dice el especialista.

La fobia al impulso no cae realmente en la gran familia de “fobias” (aracnofobia, tripofobia, belenofobia, por ejemplo): “La fobia es muy situacional: mientras el objeto de la fobia no esté presente, el paciente está bien. Y cuando el objeto está presente, el paciente reacciona evitándolo”, dice la psiquiatra.

“Por otro lado, en el caso de la fobia a los impulsos, la persona vive permanentemente con un pensamiento intrusivo: “Voy a lastimar a alguien”.

Establece rituales de verificación visual para (intentar) calmar la ansiedad: por ejemplo, puede volver a dar un paseo en automóvil para asegurarse de que no atropelló a nadie en su primera visita. Esta es la definición de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) que se compone de pensamientos irracionales asociados con el miedo seguidos de acciones físicas o mentales para calmar el miedo. “De hecho, en algunos casos, la persona con fobia a los impulsos no solo tiene miedo de ‘hacer daño’, sino también de ‘haber hecho daño’.

Cómo tratar una fobia a los impulsos:  Como se dijo,las personas con fobia a los impulsos tienden a establecer “rituales de verificación” para reconfirmar que no han hecho daño a nadie: “Es mejor no alentar y no participar en estos rituales que, contrariamente a la creencia popular, contribuyen a agravar el TOC”, recomienda la doctora Monique Rey.

Entre los tratamientos para la fobia a los impulsos, se destacan la Terapia cognitiva y conductual (TCC) y la que emplea antidepresivos para calmar el miedo a perder el control.

Terapia cognitiva y conductual (TCC): Esta breve terapia tiene como objetivo trabajar tres elementos: aceptación de pensamientos intrusivos, aceptación de la ansiedad (esta es la parte cognitivo-emocional) y resistencia a los rituales (esta es la parte conductual).

En caso de fobia a los impulsos, la terapia cognitiva y conductual (TCC) comienza con una fase de autoobservación: “Se le pide al paciente que anote todas las veces que ocurre el TOC, su grado de ansiedad, pero también que observe sus pensamientos para identificar los “pensamientos intrusivos” en el origen del miedo.“, dice el psiquiatra. ¿El objetivo? Saber reconocer los “pensamientos de TOC” (”Soy un monstruo / Voy a lastimar a esta persona / Soy peligroso… “) para dejar de adherirse a ella.

Las fobias de impulsión o fobias de impulso se basan en el miedo a hacer daño. (Foto: Adobe Stock)
Las fobias de impulsión o fobias de impulso se basan en el miedo a hacer daño. (Foto: Adobe Stock)

Siguiente paso: “El paciente se expone muy gradualmente a situaciones que generan ansiedad: por ejemplo, el médico puede proponer una caminata durante la cual no se permite que el paciente de la vuelta para comprobar que no ha empujado a nadie. Poco a poco, el paciente se vuelve capaz de hacer este trabajo solo.”

Antidepresivos para calmar el miedo a perder el control:  Además de la Terapia Cognitiva y Conductual (TCC), el psiquiatra puede recetar medicamentos antidepresivos que actúan sobre la serotonina (“en dosis más altas que para la depresión”, dice Rey) para calmar los síntomas de la fobia a los impulsos.

En algunos casos, se puede proponer la estimulación electromagnética transcraneal (EMT): “Es una onda electromagnética que desciende superficialmente al cerebro y trabaja sobre ciertas conexiones cerebrales defectuosas en caso de TOC”, explica el psiquiatra. En los casos más graves, se puede considerar la cirugía, “la misma que se realiza en el caso de la enfermedad de Parkinson”, dice Rey.

Fuente TN

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