La instalación de placas electrónicas conectadas a una señal satelital permite interconectar semáforos; la invención generó ahorros de R$ 1,5 millón a las arcas públicas
Si el conductor mantiene una velocidad de 40 km/h, pasará por una secuencia de semáforos abiertos en algunas vías importantes del centro de Foz de Iguazu (PR), como la Avenida Brasil, calle Almirante Barroso y Calle Marechal Deodoro. La fluidez del tráfico en estos puntos es el resultado de un recurso tecnológico creado por dos ingenieros de Foz de Iguazú, los hermanos Roberto Ramos (ingeniero mecánico) y Ricardo Ramos (ingeniero electrónico).
Para evitar que los conductores pierdan demasiado tiempo en el tráfico, desarrollaron una alternativa más económica y viable, instalada hace cuatro meses. La solución prevista dependería de una gran inversión pública.
Los hermanos son propietarios de la empresa Interativa Moving Tech Mídia Eletrônica Ltda, que presta servicios al Instituto de Tránsito (FozTrans) de la ciudad. El contrato prevé la instalación de una “Onda verde”, que es precisamente la sucesión de semáforos abiertos para agilizar el tráfico de vehículos. Sucede que la caja electrónica que controlaba los semáforos en parte de la zona céntrica del municipio, vía cables, se dañó durante una tormenta. La resolución dependería de una inversión pública de aproximadamente R$ 1,5 millón.
La decisión fue buscar una solución más económica que solucionara el problema. “Pasamos un tiempo intercambiando ideas y creamos un dispositivo que conecta un circuito electrónico muy simple, llamado arduino, a una antena GPS”, dice el ingeniero y empresario Roberto Ramos. El GPS es un sistema de navegación, vía satélite, que te permite encontrar ubicaciones geográficas, pero también tiene una coordenada horaria con actualización automática. Y fue precisamente esta coordenada la que permitió la sincronización de los semáforos, ¡ahí está la gran idea!
Según el ingeniero electrónico Ricardo Ramos, es necesario que todos los semáforos que componen la “onda verde” estén conectados a la misma información horaria, incluyendo horas, minutos y segundos. Esta es la única forma de crear la cadencia para que un semáforo comience a abrirse tras otro. “Un conjunto de factores favorecieron nuestra idea, entre ellos la posibilidad de intervenir en el sistema de control de semáforos y la facilidad de obtener hoy piezas y tecnologías”, evalúa.
Para tener una idea de los efectos del invento, un conductor que recorre las ocho cuadras de la Calle Marechal Deodoro, entre la Avenida Jorge Schimmelpfeng y República Argentina, necesita pasar cuatro semáforos. Si mantiene una velocidad constante de 40 km/h, tardará sólo 2 minutos en hacer el recorrido, sin paradas.
Fuente Porta de la Ciudad
