La postal no es habitual en el Reino Unido. Góndolas vacías, productos racionados y hasta quejas por una merma en los servicios de transporte en ciudades importantes sorprenden cada día más a los británicos.
Hoy el país está viviendo una realidad que hasta hace muy poco solía leerse en la sección internacional de los periódicos. Las noticias venían de lugares lejanos del Tercer Mundo. Palabras que no formaban parte del vocabulario comienzan a aflorar cada vez con mayor asiduidad. Términos como desabastecimiento, inflación, crisis y hasta racionamiento irrumpen ahora en conversaciones cotidianas. Gran Bretaña entró en estado de alerta.
La guerra en Ucrania y en especial el Brexit, que provocó un éxodo masivo de trabajadores extranjeros, están moldeando una situación que los británicos no vivían desde hace décadas. Las protestas se suceden. Las huelgas sacuden servicios esenciales como el de transporte y la salud.
El 1° de febrero el país quedó virtualmente paralizado por la mayor jornada de huelga de los últimos 11 años por una reivindicación de mejoras salariales frente a una inflación del 10,5% anual. Incluso, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica y el Fondo Monetario Internacional (FMI) esperan que la economía sufra una contracción en 2023.
Faltan frutas y verduras en Londres: Una de las primeras alarmas fue el racionamiento de huevos. Ahora faltan tomates, lechugas y otros vegetales frescos. “Ante la falta de lechuga, tomates, ajíes, pepinos, brócoli, coliflores y frambuesas, los supermercados de Reino Unido han racionado la venta de verduras y frutas”, escribió la BBC al trazar un panorama crítico.
Tonino Cavallari es italiano y vive desde hace años en Londres. En su última salida al mercado no pudo llevarse todo lo que había ido a buscar, algo impensado hasta antes del Brexit. “No conseguí kale, ni brócoli. Tuve que comprar otros vegetales. Y solo me vendieron dos manzanas y dos ajíes porque estaban racionados”, contó a TN.
En algunas ciudades del Reino Unido se están viviendo situaciones atípicas de escasez, en especial en la capital. “Es verdad que faltan algunas frutas y verduras en los supermercados, más que nada tomates. pero en los mercados independientes se consiguen”, contó a TN el británico Daniel Schweimler.
En Kent, en el sudeste del país, las cosas están mejor. “Hay un poco de problemas de distribución y a veces es difícil encontrar cosas tipo tomates en el supermercado, pero en los negocios más chicos es más fácil. No me ha parecido una gran crisis”, comentó a TN la profesora de la Universidad de Kent Natalia Sobrevilla.
En Bristol, en el sudoeste de la isla, tampoco se observan grandes problemas. Sin embargo, hay quejas por la falta de transporte. “Ahora las esperan son más largas. La frecuencia del servicio cayó 30/40 por ciento”, dijo a TN el profesor de Negocios Internacionales de la Universidad de Bristol Gastón Fornés. ¿La causa? No hay suficientes choferes. La gran mayoría eran extranjeros y se fueron tras el Brexit.
Las causas del faltante de productos que golpea al Reino Unido: En un crudo informe, la BBC dijo que la escasez de productos tiene que ver con el costo de los fertilizantes, la menor producción de frutas y hortalizas en España y Marruecos, problemas de transporte y la falta de trabajadores agrícolas temporales. Hasta antes del Brexit, miles de europeos del Este venían a trabajar al campo en la época de cosecha, pero ya no existe la libre circulación de personas. El Reino Unido ya no forma parte de la UE.
Otro factor es el mayor costo de la energía, que se disparó por la guerra de Ucrania. Muchos productores británicos decidieron dejar de producir en invernaderos ante las elevadas facturas de gas y electricidad. Por eso hay faltantes de tomates.
Para Fornés, la agricultura tenía trabajadores flotantes que dejaron de venir a levantar las cosechas tras la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Hoy hay más de un millón de puestos de trabajo sin cubrir, según la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).
“El problema es que el país lleva 10 a 15 años en que la productividad disminuye, menos en Londres. Ese es el principal problema. Pero hace cuatro también esta cayendo en la capital. El Brexit y el covid agravaron la situación. Tener una economía que no aumenta la productividad significa producir menos”, afirmó.
Para el catedrático de origen argentino, hay otros problemas adicionales como la salida de inversiones desde el Brexit. “Entonces, si se frenan las inversiones tenés la tormenta perfecta”, concluyó.
Las noticias para la economía británica son cada vez peores. El informe de la BBC citó un reporte del FMI que anuncia una contracción del PBI del 0,6% para este año. Será la única entre las grandes economías en sufrir esta caída. Incluso Rusia, con todas las sanciones internacionales impuestas a raíz de la guerra en Ucrania, tiene mejores perspectivas, escribió la cadena británica.
A este combo se suma la inflación que no para de crecer. Lejos de los índices argentinos, se situó en 10,5% el año pasado. Pero según Reuters, la inflación de la cesta de la compra alcanzó el 17,1% en las cuatro semanas hasta el 19 de febrero, otro máximo histórico. El cálculo es que los británicos necesitan 1000 dólares más al año para afrontar sus idas al supermercado.
En ese marco, el gobierno busca salidas a la crisis. Esta semana anunció que estudia flexibilizar su política de visas ante la escasez de mano de obra, un reclamo insistente de las empresas británicas y en especial del sector agrícola y del transporte, los más afectados por la falta de trabajadores.