Trasladaron a Julieta y Mateo, dos bebés con cardiopatías severas

Ambos son de Eldorado y fueron derivados este viernes al Sanatorio Güemes en el mismo vuelo sanitario. Julieta fue intervenida quirúrgicamente poco después de ingresar y evoluciona bien.

Dos bebés de Eldorado fueron derivados este viernes en vuelo sanitario hacia el Sanatorio Güemes, ambas con cardiopatías severas detectadas después del nacimiento.

En diálogo, el presidente del Instituto de Previsión Social (IPS), Lisandro Benmaor, médico especialista en cardiología infantil quien coordinó la derivación y se mantiene en permanente contacto con las familias de ambas pacientes afiliadas de la obra social provincial, dio precisiones sobre ambos casos.

Julieta tiene tres meses y hace unos diez días se le diagnosticó una cardiopatía severa, ventrículo único, y luego de hablar con la cardióloga infantil de Eldorado, Stela Archilla, de inmediato iniciamos las gestiones para su derivación a un centro de mayor complejidad. El otro bebé, de tan solo un mes de vida, que viajó este viernes en el mismo vuelo sanitario, ambos hacia el Sanatorio Güemes, aún no tiene diagnóstico certero porque sufrió un neomotórax y eso dificultaba la lectura de la ecografía. No obstante, el diagnóstico tentativo es atresia pulmonal, que es cuando no se forma la válvula que controla el flujo de sangre desde el corazón hacia los pulmones“.

Intervención quirúrgica:  Minutos después de su ingreso al Güemes, la pequeña Julieta entró al quirófano y según confirmaron sus padres a Benmaor, la operación fue 100% exitosa.

En tanto, según explicó a la familia de la pequeña el médico que la operó, Gustavo Sívori, las primeras 48 horas de postoperatorio son claves pero que su evolución en las primeras horas es muy favorable. Esta cirugía es el primer paso de un largo tratamiento.

El ventrículo único es una cardiopatía grave que, en este caso, se detectó recién a los tres meses de vida de la paciente. Nosotros trabajamos mucho para que el diagnóstico sea intrauterino pero todavía nos encontramos con algunos casos, como el de Julieta, a la que se le detectó la enfermedad tres meses después de su nacimiento”, analizó Benmaor.

Según precisó, esta patología es rara, tiene una alta mortalidad y requiere un mínimo de tres cirugías cardiovasculares para reparar el sistema circulatorio cardiovascular. La prevalencia es baja entre los recién nacidos, “solo el 1% de los recién nacidos tienen una cardiopatía y, entre los cardiópatas, apenas el 1% tiene ventrículo único”.

No obstante, Benmaor aseguró que en el caso de la beba de Eldorado “hay un panorama alentador y la primer cirugía fue un éxito”.
Consultado sobre la permanencia de la familia en Buenos Aires para dar continuidad al tratamiento de la beba, el médico estimó que en una o dos semanas podrían darle el alta y autorizarle su regreso a la provincia.

El caso de Mateo:  El avión sanitario no solo llevó al Sanatorio Güemes a Julieta, sino también a otro bebé aún más pequeño, Mateo, que nació hace poco más de un mes.

“Fue muy inaudito mandar en un vuelo sanitario a dos bebés juntos y ambas con cardiopatías muy severas”, admitió Benmaor.

En tanto, el especialista destacó que nuestro país hizo un enorme avance en cardiopatía congénita, “tanto en el diagnóstico como en la mejoría pronóstica. Hace casi 20 años, cuando rendí el final de cardiología en el Hospital Garrahan, la sobrevida que tenía el ventrículo único era del 20%, mientras que hoy promedia el 90% de sobrevida con buena calidad”.

7.000 cardiópatas por año: El presidente del IPS admitió las dificultad para conseguir camas para derivar a los pacientes pediátricos con cardiopatías a los centros de mayor complejidad.

Según indicó, “nacen en el país alrededor de 7.000 cardiópatas por año y, si bien la incidencia de la enfermedad de mantiene en Argentina, aumentó mucho el diagnóstico temprano y la eficacia de los tratamientos. “Estos chicos antes se nos morían, ahora se pueden operar y tienen chances de sobrevida”, destacó.

No obstante, la contracara de este avance es el aumento de demanda en los centros de alta complejidad cuya capacidad de recepción no crecieron al mismo ritmo que las chances de estos pacientes.

“También con Emma nos costó mucho conseguir la derivación y finalmente lo logramos en el Hospital Italiano, el único que aceptó recibirla y donde la trasplantaron del corazón”, recordó el médico.

Fuente Primera Edición
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