El “Índice de Calidad Institucional 2023″ (ICI 2023) que se publica desde 2007 y que este año hace foco en “los males de la inflación”, ubica a las instituciones monetarias de la Argentina en el segundo peor lugar sobre 20 países de América Latina.
Uno de los sub-rankings del informe muestra que el país tiene la peor “institucionalidad monetaria” de la región, mejor solo que la de Venezuela y peor que las de Haití y Cuba.
Este factor, determinante para la inflación, se elabora en base a datos del Índice de Libertad Económica del Fraser Institute, de Canadá, una de las fuentes del informe, y mide el crecimiento anual promedio de la oferta monetaria en los últimos 5 años, menos el crecimiento anual promedio del PIB real (esto es, descontada la inflación) en los últimos diez.

“Aquellos países donde el crecimiento de la oferta monetaria excede por mucho el crecimiento del producto real reciben calificaciones más bajas”, explica el informe.
Aquellos países donde el crecimiento de la oferta monetaria excede por mucho el crecimiento del producto real reciben calificaciones más bajas
El ICI se elabora en base a varias fuentes: el Banco Mundial, las ONG Transparencia Internacional y Freedom House, Reporteros sin Fronteras, los Institutos Fraser (Canadá), Legatum (Reino Unido) y de Desarrollo Gerencial (Suiza) el Foro Económico Mundial el Índice Internacional de Derechos de Propiedad, entre otros. En base a publicaciones y datos de esas fuentes mide la calidad de las instituciones políticas y de las instituciones de mercado, de cuyo promedio surge el índice general de “Calidad Institucional” para 183 países.
Entre la excelencia y el caos
Con puntajes que van de cero (0) a uno (1), en el que 0 describe el caos y 1 el non-plus-ultra de calidad institucional, el ranking lo vuelven a liderar Dinamarca, Suiza, Nueva Zelanda y Finlandia. No hay allí sorpresas; “el cambio institucional es necesariamente lento”, explica el estudio.
De hecho, desde el inicio del ICI, los cuatro primeros puestos los ocupan los mismos países, aunque alternando posiciones. Por caso, esta vez Dinamarca pasó del tercer al primer lugar, Nueva Zelanda hizo el camino inverso y Suiza y Finandia mantuvieron el segundo y cuarto puesto, respectivamente.
Entre los primeros 20 del ranking (puntajes de 0,85 hasta casi 0,98) se destaca el undécimo lugar de Estonia. Del hemisferio occidental, solo aparecen allí Canadá (en el puesto 12) y EEUU (en el 18), hay solo dos países de Asia (Taiwán, en el 17, y Japón, en el 19) y ninguno de América Latina.

A su vez, entre los 20 países de peor calidad institucional (puntajes de 0,14 para abajo, con la tabla al revés liderada por Corea del Norte, Venezuela y Eritrea), predominan los países africanos y de América Latina, más algunos asiático y de Medio Oriente. La “Calidad Institucional” aparece así ligada a subdesarrollo, pobreza y regímenes autoritarios o dictatoriales.
En América, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, los países mejor rankeados son Canadá, EEUU, Chile, Uruguay y Costa Rica, y los peores Venezuela, Nicaragua, Haití, Cuba y Bolivia. La Argentina aparece allí en el puesto 24 sobre 32 países, con peor puntaje que todos los vecinos, excepto Bolivia, que junto a Surinam, Honduras, Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela son los únicos 6 de la región que tienen un puntaje inferior al argentino.
Bolivia, que junto a Surinam, Honduras, Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela son los únicos 6 de la región que tienen un puntaje inferior al argentino
Es de notar, sin embargo, que respecto de la edición 2022, la Argentina mejoró su puntaje (de 0,372 a 0,4032) y su ubicación en el ranking general (de 116 a 108) gracias a una mejora perceptible de la nota en calidad de Instituciones Políticas” (de 0,5256 a 0,5839) y leve (de 0,2185 a 0,225) de sus “Instituciones de Mercado”.
El país obtiene sus mejores calificaciones en materia de Libertad de Prensa (0,8444), a partir de datos de Freedom House y Reporteros sin Fronteras, y en “Voz y Rendición de Cuentas” (0,6196), de los indicadores de Gobernanza del Banco Mundial); ambos son parte del subíndice de “Instituciones Políticas. A su vez, la Argentina tiene notas bajas y muy bajas en “Corrupción” (0,4833), “Prosperidad” (0,3653), ), Regla de la ley (0,3541), Derechos de Propiedad (0,3023), Libertad Económica (0,1921) eInstitucionalidad y Manejo monetario, en el que a nivel mundial aparece en el puesto 161 sobre 165 países para los que hay información en ese aspecto. Detrás suyo quedan solo Siria, Zimbabue, Sudán y Venezuela. Como no hay información de todos los indicadores para los 183 países, el que presenta cada país muestra su posición porcentual respecto de los demás. La metodología establece también que para que un país sea incluido debe aparecer en al menos 4 de los 8 indicadores, y al menos en uno de cada subíndice (Instituciones Políticas e Instituciones de Mercado).
“La calidad institucional es importante dado que restringe el actuar de las autoridades. En este sentido, las instituciones de tipo fiscal y monetaria imponen limitaciones al gasto, déficit fiscal y financiamiento, con la finalidad de no estar sujetas a presiones políticas que suelen debilitar el valor de la moneda. La capacidad de reconstrucción de los países después de una catástrofe está condicionada a la calidad de sus instituciones”, dijo Bettina Horst, directora de la Red Liberal de América Latina (Relial), que difundió el informe.

A su vez, Siegfried Herzog, Director Regional de Proyectos en América Latina de la Fndación Friedrich Naumann (Alemania), destacó que en el último bienio la re-emergencia de la inflación en muchos países volvió a colocarla en el centro de atención.
Los peores de la clase
Pero no todos los casos son iguales. “Ningún país ha sido capaz de evitar un aumento de inflación, pero la diferencia entre países es bastante grande: en Panamá fue solamente de 2,1% en 2022, en Argentina 94%, y en Venezuela 305 por ciento. Si bien hubo distintos factores y no podemos decantarnos por una única explicación, los datos muestran que un elemento importante en el control de la inflación es la existencia de una autoridad monetaria como un banco central independiente o la dolarización de la economía”, escribió.
Todos los países con la tasa más alta de inflación carecen de instituciones monetarias independientes
“Todos los países con la tasa más alta de inflación carecen de instituciones monetarias independientes. Por eso la inflación es un fenómeno regular en Argentina o en Venezuela, desde el inicio del chavismo”, explicó Herzog, quien recordó episodios de hiperinflación latinoamericanos del pasado: en julio de 1989 Argentina tuvo una inflación mensual del 197%, en septiembre de 1985 Bolivia una del 183%; en marzo de 1990 Brasil una de 82%; en octubre de 1973, Chile una de 83%; en agosto de 1990, Nicaragua, una de 261%; en mayo de 1987, Perú una de 397%; y en septiembre de 2018, Venezuela se anotó un 233,3% mensual.
En todos los casos las razones fueron similares: exceso de gasto público ya no posible de cubrir con crédito externo o interno o mayores impuestos y que, financiado con emisión monetaria, lleva al default de la deuda pública.
Según Herzog, tras las híper de los 70 y 80 muchos países hicieron una transición positiva, pero incompleta, “y es un desafío especial para Argentina, donde la clase política nunca ha sido capaz de abandonar el poder de jugar con la política monetaria”.
Tras las híper de los 70 y 80 muchos países hicieron una transición positiva, pero incompleta, “y es un desafío especial para Argentina (Herzog)
“El aumento de la inflación en 2022 prende señales de alerta, aunque, salvo los casos de Venezuela y Argentina, están lejos de repetir tales situaciones”, subrayó Herzog.
Fuente: Infoabe