Dos hermanos fueron condenados a 12 y 9 años de prisión, respectivamente, por el delito de abuso sexual de una menor con retraso madurativo, hija biológica del primero.
El acuerdo de pena a cumplir fue firmado por los acusados en las últimas horas, mediante el sistema de juicio abreviado en el Tribunal Penal de Eldorado.
Ambos imputados admitieron la materialidad y autoría del hecho con la presencia de sus abogados defensores ante el fiscal del citado Tribunal, Federico José Rodríguez.
El caso salió a la luz en 2019, cuando la víctima tenía 14 años y luego de ser abusada en reiteradas ocasiones por los dos hombres, uno de ellos quien se suponía debía protegerla y brindarle seguridad, es decir su progenitor.
Los hechos y según el auto de elevación a debate se registraron en el paraje Morena, en el municipio de Wanda. Fueron perpetrados tanto dentro como fuera de la vivienda familiar, donde la adolescente residía junto a sus hermanos y madre.
Los imputados en todo momento amenazaron e intimidaron a la menor para someterla y para que no contara lo que le hacían, tal como ella misma habría referido en sus declaraciones en Cámara Gesell.
“Regalo de cumpleaños”: Los primeros ataques de los que tiene memoria la víctima fueron por parte de su tío en septiembre de 2019. El primero fue en una zona cercana a su domicilio, cuando el hombre -mayor de edad- la abordó y la llevó a la fuerza hacia un yerbal, donde alejado de la vista de testigos la manoseó y luego la violó, siempre en base al expediente.
El segundo hecho, también fue perpetrado por su tío y tuvo características de un rapto, teniendo en cuenta que la menor habría relatado que ella salía de catecismo y el hombre la obligó a subir a una motocicleta y la llevó a un pinar, ubicado a unos 600 metros de su domicilio y abusó de ella nuevamente.
Fue difícil que la adolescente olvidara lo sucedido, ya que ese día era su cumpleaños. Mientras su tío la atacaba, le habría dicho a la menor que ese era ”su regalo de cumpleaños”, indicó un vocero del caso.
Respecto al padre de la víctima, quien en ese entonces tenía 39 años, se supo -en base a dichos de su hija- que en varios de los ataques sexuales se encontraba bajo los efectos del alcohol.
Según la investigación del fiscal instructor de la causa, en este caso del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, quedó acreditado que los abusos de su progenitor se concretaban en la vivienda familiar, tanto en la habitación de la adolescente como en la del padre y en la cocina. En ausencia de su madre y hermanos. Producto de los vejámenes la menor sufrió lesiones de gravedad en sus partes íntimas.
Fundamentos: Para el fiscal que siguió desde el inicio la investigación quedó probado que “los abusos fueron en forma continua y recurrente, en un número indeterminado de veces. Ambos imputados utilizaron todo tipo de intimidación para quebrantar la limitada y escasa libertad de la menor víctima”.
Por su parte, “el padre la fue desviando de su libre capacidad, crecimiento y desarrollo sexual”.
En su testimonio en Cámara Gesell la joven habría manifestado que “los abusos habrían comenzado con actos de tocamientos, luego bajo la modalidad de acceso carnal”.
También habría referido que en muchas ocasiones no dijo nada “por temor a que le pase algo a sus hermanos”, agregó un vocero. No quedó acreditado si el progenitor daba consentimiento a su hermano y “entregaba” a su hija.
No obstante ambos fueron condenados tras reconocer los hechos. El padre deberá cumplir 12 años de prisión por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por el vínculo y por la convivencia preexistente varios hechos en concurso real y corrupción de menores agravada en concurso ideal, todos en calidad de autor”.
Por su parte, el tío de la menor fue condenado a 9 años de cárcel por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal dos hechos en concurso real y en calidad de autor”.
Fuente Primera Edición