Hoy se cumplen 25 años del rescate de dos jóvenes en Cataratas

Esta es la historia de Miguel Aguirre, de 25 años, y su cuñado Vilmar Rodríguez, de 20 años, tras pasar cerca de 24 horas aferrados a unas ramas, dos jóvenes fueron rescatados de ser llevados por la fuerte y pesada corriente del río Iguazú, que seguía su recorrido hacia uno de los saltos más imponentes del Parque Nacional Iguazú, el Salto San Martín. Hoy 25 de agosto se cumplen 25 años de ese suceso; el rescate fue realizado por Bomberos voluntarios de Iguazú en un trabajo en conjunto con Parques nacionales, prefectura y la empresa de helicópteros Helisul de Foz de Iguacu.  

Iguazú (LaVozDeCataratas) Esta es la historia de Miguel Aguirre, de 25 años, y su cuñado Vilmar Rodríguez, de 20 años; dos jóvenes que trabajaban en la firma concesionaria de servicios que funciona dentro del Parque Nacional Iguazú. El hecho ocurrió en la tarde del sábado, cerca de las 19:30 hs, cuando trasladaban de lugar la lancha Iguazú II, que diariamente llevaba 20 turistas de paseo entre Puerto Canoas y el último tramo de las pasarelas que conducen a la Garganta del Diablo.

El problema comenzó cuando la embarcación en la que navegaban fue arrastrada por la fuerte correntada tras pararse el motor. Los náufragos relataron que al soltar la lancha del amarradero no pudieron poner en marcha el motor de 40 HP, «en ese entonces el agua corría demasiado y no podíamos arrimarnos a la costa, no había caso», declaró Aguirre.

El agua los desplazó hacia el medio del río, en ese momento Miguel y Vilmar, decidieron tirarse al agua para salvarse. Vilmar logró aferrarse a la vegetación que sale del agua a unos 100 metros del salto San Martín, en cambio Miguel siguió a la deriva y logró prenderse de las ramas de un sarandí, a tan solo unos 20 metros del precipicio. El arbusto era el último antes del salto. Los náufragos pasaron la noche en el agua, prendidos de esas ramas, para darse ánimo se comunicaban silbando.

El domingo cerca de las 13 hs, el en ese entonces, intendente del Parque Nacional Iguazú, Carlos De la Torre, recibió a Sebastián Aguirre, el padre de Miguel, quién estaba preocupado porque su hijo no había regresado a la casa. Ese día el Parque desbordaba de turistas, Miguel contó que algunos de ellos lo vieron agitar una remera a pocos metros del salto San Martín y  lo saludaron creyendo que estaba haciendo una broma. Cerca de las 15 hs, un guardaparques logró divisar al hombre con sus binoculares e inmediatamente alerto a las autoridades del Parque.

A partir de ese momento comenzaron a organizar la operación de rescate un trabajo conjunto con Prefectura, los bomberos voluntarios de Iguazú y  la empresa de helicópteros Helisul de Foz de Iguazú. En tan solo pocos minutos, la Prefectura completó los trámites ante la Fuerza Aérea Argentina para que el helicóptero ingresara al país.

Tras varios intentos, el piloto brasileño estabilizó la máquina a un metro del agua, mientras que el jefe del cuartel de Bomberos, José Luis Monzón, extendía sus dos brazos y puso a salvo a Aguirre, quien no podía hablar por los nervios. Cuando el piloto y el bombero daban por finalizada su tarea, cerca de las 18.30, vieron a Vilmar a unos 80 metros.Este rescate fue mucho más sencillo porque en ese lugar había menos viento y la llovizna que lanza el agua.

Los náufragos fueron llevados inmediatamente al hospital, donde se comprobó que sólo habían sufrido un susto. Pero eso sí, tenían centenares de picaduras de mosquitos. La Prefectura inició un sumario con intervención del juez federal de Eldorado, Mario Hachiro Doi, para establecer cómo se produjo el naufragio del Iguazú II. Como era previsible, los restos de la lancha no fueron encontrados.

Lo lamentamos. No hay nada que mostrar aún.

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