Iguazú (LaVozDeCataratas) Se calcula que por cada paciente con síntomas (como fiebre, dolor en articulaciones y dolor de cabeza), hay otras 3 personas que tuvieron dengue asintomático. Por lo cual, la mayoría no son registrados en el sistema de salud. Esto significa que las infecciones reales por esta enfermedad en Argentina podrían haber superado los 36.000 casos si se contaran los asintomáticos.
La vacuna es una herramienta para la prevención contra cualquiera de los cuatro serotipos del virus del dengue. En base a los ensayos clínicos que evaluaron su eficacia y seguridad, las dosis se pueden aplicar en personas a partir de los 4 años, con o sin antecedentes de dengue, y sin la necesidad de que se haga un análisis de sangre confirmatorio previo.
El esquema completo incluye dos dosis que deben aplicarse separadas por un intervalo de 3 meses. La nueva vacuna está contraindicada en embarazadas y en período de lactancia y en aquellos individuos inmunosuprimidos. Con relación a los efectos adversos, los más frecuentes, aunque esporádicos, fueron dolor y enrojecimiento en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, dolor muscular, malestar general y debilidad. En casos muy infrecuentes se puede presentar fiebre. Todos estos efectos fueron pasajeros, según los estudios, y remitieron sin inconvenientes.
Se debe administrar por vía subcutánea, preferiblemente en la parte superior del brazo. El desarrollo de la vacuna, a cargo del laboratorio Takeda, implicó varios años de investigación y desarrollo. Eso permitió confirmar su seguridad y eficacia, y que puede ser administrada independientemente de que la persona haya tenido o no dengue previamente.
La vacuna se basa en virus vivos atenuados. Fue desarrollada a partir del serotipo 2 del dengue, que proporciona la “columna vertebral” genética para los cuatro serotipos. Está diseñada para proteger contra los cuatro. En cuanto al almacenamiento, requiere conservación en heladera a una temperatura de entre 2 y 8° centígrados.
Fuente: Infobae