Posadas: Denuncia que su ex maltrata y medica sin diagnóstico a su hijo de 4 años

En julio de este año, la docente de primaria Romina P. denunció en los medios de comunicación que su hijo de 4 años, que padecía TDAH, había sido raptado por su padre, el cabo de Policía Walter Fleitas, quien ahora da su versión de los hechos y señala públicamente a su ex por ejercer violencia contra el pequeño y medicarlo compulsivamente, sin un diagnóstico médico claro.

Según contó el agente,  el niño nació en medio del proceso de divorcio con 25 semanas de gestación, tras lo cual la Justicia determinó que la mamá se quedara con su guarda, mientras que estableció un régimen de visitas para el papá.

Walter relató que, concretada la separación, todo marchó bien hasta mediados del 2022, cuando Romina “hace denuncias falsas por violencia y después por negligencia mía contra mi hijo, manifestando que lo dejaba manipular mi arma”, ante lo cual el juzgado interviniente dispuso una prohibición de acercamiento del policía hacia la maestra de primaria, “pero no contra mi hijo”.

“Yo hago una denuncia en el juzgado penal en abril por impedimento de contacto y ella me hace una contradenuncia, diciendo que mi hijo manipulaba mi arma y dice que siempre denunció violencia física, sexual, verbal y psicológica”, recordó Walter y añadió: “Cuando la citaron para que presente las pruebas no fue y su denuncia se desestimó”.

Romina también realizó una exposición en Asuntos Internos, por lo que la fuerza provincial abrió un sumario administrativo, le sustrajo el arma reglamentaria y trasladó al cabo Walter Fleitas, que se desempeñaba en el área de investigación de la Dirección de Verificación, a la Comisaría Primera de Posadas, donde actualmente realiza tareas administrativas.

“No me dijeron que me trasladaban por los conflictos generados por mi ex, pero realizaron una permuta sin consultarme y sin razón, siendo un personal con buena conducta, excelente calificación y sin sanciones”, apuntó el suboficial, al agregar que la investigación interna fue desestimada y cerrada.

De acuerdo al testimonio del progenitor, fue entonces que su ex “comenzó a decir que mi hijo estaba mal, que tenía apneas de sueño, que se le cortaba la respiración al dormir y que tenía un trastorno de atención e hiperactividad, a base de ningún diagnóstico”.

En esa línea, relató que, en septiembre de 2022, perdió por completo el contacto con el niño, ante lo cual decidió acercarse a los médicos del menor para consultar sobre su estado de salud.

“Su pediatra me dijo que él estaba bien, que ella lo derivó al neurólogo por manifestaciones de la madre y certifica todo lo que dice. Cuando presenté eso en la Justicia, ella -por la madre- lo sacó de todos los entes públicos, donde yo como padre podía con mi DNI pedir la historia clínica”, explicó Walter.

Seguidamente, el cabo de la Policía expresó que la progenitora acudió a “médicos extraños” para que atendieran al niño, “como el doctor Oscar Raúl Quisama, quien es un psiquiatra y psicólogo, que no está matriculado como psicólogo en la provincia y le da un diagnóstico de autismo”.

Del certificado emitido por Quisama, con fecha del 16 de febrero del 2023, se desprende que el niño “está en un proceso de diagnóstico presentando un cuadro compatible con Trastorno del Espectro Autista (TEA) asociado a un Trastorno de Desarrollo y Ansiedad con Hiperactividad (TDAH)”.

Además, el médico detalló en el documento que el pequeño “presenta un cuadro de excitación psicomotriz, irritabilidad, ansiedad marcada, dificultad para dormir, trastorno en su conducta” y que tiene “episodios de tirar y romper cosas”.

Con esos argumentos, el doctor Quisama recomendó que debía ser “asistido exclusivamente por su madre y sus abuelos maternos, que siempre estuvieron con el niño y tratar de evitar el contacto con otras personas que puedan sobrestimularlo, excitarlo y perturbar el tratamiento que está llevando a cabo”.

El profesional agregó en el informe una observación: “En los últimos encuentros que ha tenido con su padre realmente no han sido de provecho, ya que el niño vuelve totalmente desorganizado mental y conductualmente”.

Frente a esos diagnósticos, Walter denunció que “lo único que hizo es un certificado que decía que el niño solo podía estar bajo el cuidado de la madre y que no podía ser sometido a personas extrañas que lo estimulen; un certificado armado, porque después no aparece en ningún papel. Nunca lo trató y cuando yo me quise acercar a consultarle al doctor, vio mi apellido y nunca me atendió”.

Fue entonces que, con el documento otorgado por Quisama, Romina P., – siempre de acuerdo al testimonio del progenitor-, acudió con el menor a una consulta con el especialista en neurología infantil José Gabriel Galeano, el 16 de febrero del 2023.

Galeano concluyó que recibió al pequeño de 4 años bajo un “tratamiento y control neurológico por presentar TDAH y trastorno conductual perturbador”, por lo que recomendó Terapia Cognitivo Conductual (TCC).

Tras atender al menor, el especialista en neurología infantil manifestó en su estudio que debía recibir terapia “continua”, la cual “se modifica de acuerdo a la evolución” y, además, le recetó 0,25 mg de Risperidona.

A mediados de julio de este año, transcendió en los medios y portales digitales de la provincia el testimonio de la madre del menor, Romina P.

En ese momento, la mujer expuso a la prensa que la Policía de Misiones la detuvo junto a su hijo en Candelaria, mientras realizaba la entrega de un pedido de comidas que ella elabora. Además, dijo que, luego de su detención, entregaron el niño a su papá,, cuando ella tenía la guarda del menor, razón por lo cual radicó una nueva denuncia.

Según se pudo constatar, Romina P. fue detenida en la ciudad de Candelaria por impedimento de contacto, desobediencia judicial y sustracción de menores.

Sobre aquel episodio que hizo publicó la madre del menor, Fleitas explicó que la mujer fue detenida por impedir el contacto padre e hijo, luego de una denuncia que él había radicado. Por lo cual, el juzgado ordenó que el niño quede bajo su cuidado.

Walter contó que el conflicto se desencadenó a raíz de una denuncia suya en el juzgado penal, donde el magistrado interviniente ordenó que la madre “me permita ver a mi hijo. Pero cuando fui a retirarlo, a través de mi hermana, ella se niega a entregarlo”.

Y continuó: “El hermano (su ex cuñado y representante legal de la mujer) negó que estuvieran en la casa de la abuela”. Debido a ello, la tía del menor fue a la comisaría y radicó una denuncia. Allí, los agentes le dijeron que “vaya de nuevo a la casa y si no le entregaban al menor, iban a ir detenidos”.

Al llegar la tía a la vivienda de la abuela materna de su sobrino, “ni el niño ni la madre se encontraban en el inmueble”, enfatizó Fleitas.

“Ahí me dan a mí la guarda provisoria durante tres meses al resguardo del menor”, comentó Walter a LVM y siguió: “Fue entonces que mintió que yo había raptado a mi hijo. Él tomaba una medicación leve que le había dado Galeano en base a las mentiras de ella”.

Durante los tres meses que tuvo la guarda de su hijo, el cabo acudió a la psicopedagoga Natalia Ortiz, para “que le haga los estudios y saber si mi hijo tenía autismo o no”.

En las conclusiones de su informe, al que accedió La Voz de Misiones, la licenciada Ortiz sostuvo que el niño “posee un coeficiente de desarrollo ubicado dentro de los parámetros de esperados para su edad, aun considerando su prematuridad extrema” y descartó que presente “indicadores compatibles” con TEA.

Posteriormente, Fleitas vuelve a consultar al especialista en neurología infantil José Gabriel Galeano, que había atendido en febrero a su hijo.

El médico elaboró un Resumen de Historia Clínica del menor y plasmó las observaciones e indicaciones que dio a la mamá en su consulta, como también el proceso que llevó adelante el niño con acompañamiento de su padre.

En cuanto a la consulta de la docente de primaria, el profesional expresó que ella refirió “que el niño es muy hiperactivo, le cuesta mucho que obedezca, no tiene aceptación del no, hace berrinches importantes”, y observó que el menor “habla muy bien, no tiene problemas cognitivos”.

Seguidamente, indicó para el chico una Terapia Cognitivo Conductual (TCC), orientada a la “modificación de conducta”, y especificó que “se trabaja con los padres para que apliquen dichas prácticas en la casa”, y recomendó un “control de su aspecto conductual después de que empiece las clases”.

Por último, el neurólogo añadió un comentario sobre el pequeño y su entorno familiar: “Padres separados que se llevan mal. Es un niño muy agradable y simpático. Estudio Polisomnogarico (prueba utilizada para analizar el sueño): Normal”.

También dejó por sentado que el menor comenzó un tratamiento psicológico y “se indicó Risperidona a dosis bajas en forma combinada, con lo que no se obtuvo buena respuesta”.

Cuando el pequeño de 4 años estuvo bajo la guarda de su padre, el agente Walter Fleitas lo llevó nuevamente a una consulta con el neurólogo infantil Galeano.

Sobre ese periodo de tiempo, el médico especificó: “Permanece con el padre aproximadamente 15-20 días. Suspende la medicación, para observar la evolución conductual. Tiene en ese periodo nueva evolución por psicopedagogía donde, según informe, el niño tiene un cambio radical de la primera consulta a la tercera (está más tranquilo, no se auto agrede, responde bien a las consignas y los límites), con el hecho de aplicar consigna de TCC y suspender las pantallas del celular”.

En tanto, en sus conclusiones, Galeano manifiesta que: “Se trata de un niño con nivel madurativo cognitivo acorde a su edad, tiene conductas de hiperactividad – No se trata de un caso de TEA”.

Y recomienda: “Requiere un tratamiento de Terapia Cognitivo Conductual (TCC), orden, disciplina, una misma línea de manejo conductual entre los progenitores, suspender las pantallas y seguir controlando”. Además, Galeano enfatiza: “No se indica medicación por el momento, hasta que no se resuelva y no se adapten en la casa las indicaciones de la psicóloga”.

A lo que explica: “Si son bien implementadas y no alcanza para manejar las alteraciones que pueda presentar el niño, se replanteará la indicación de medicación, entendiendo que se trata de un niño preescolar”.

Por su parte, la psicóloga que atiende al menor coincidió con el diagnóstico de los profesionales del área y manifestó que tiene una conducta acorde a su edad, “sin embargo el mismo se ve interferido por su conducta y funciones ejecutivas”.

Luego de los tres meses que el chico permaneció con el papá, la Justicia restituyó la guarda del menor a su mamá, Romina P., y “ella le sacó de todos los médicos y lo llevó a una nueva neuróloga”, señaló Walter a LVM.

En esa línea, relató la situación que lo preocupa actualmente, debido a que el menor está medicado nuevamente: “Hace la misma operación que hizo antes, en 20 días, lo saca de los médicos que ella misma le llevaba, lo lleva a una médica neuróloga en Eldorado y esta doctora, en base a no sé qué, dice que ‘solo de ver entrar a mi hijo se dio cuenta que tenía rasgos de autismo’, y que en base a un mapeo neuronal iba a saber qué tipo de autismo tenía”.

La razón por la cual el niño está de nuevo bajo un tratamiento que incluye medicación, se debe a que la madre, de acuerdo a lo que manifestó Walter, presentó un informe médico realizado por la neurología infantil Mirian Benítez, en el cual la profesional manifiesta que el menor padece “actividad lenta… sin foco” y lo diagnostica con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

Con esa conclusión, la profesional le recetó al pequeño Metilfenidato.

“Yo hice todo con un equipo interdisciplinario, donde entra la escuela, psicopedagoga, psicóloga y médico neurólogo. Y todos los especialistas coincidieron en que no tenía autismo”, denunció el policía.

Al mismo tiempo, Walter contó que su hijo cuenta con un Carnet Único de Discapacidad (CUD) emitido por salud pública el 11 de mayo del 2023, en el cual diagnostica al menor con “Trastorno de la Conducta”.

“Ahora descubrí que esa doctora Benítez es la misma que firma la discapacidad en el CUD del hospital, ella está entre los profesionales que revisan los papeles”, apuntó el padre del menor y añadió: “Hasta ahora, la historia clínica completa con los estudios por los cuales le dieron la discapacidad a mi hijo no los tengo, el hospital todavía no me los dio”.

En cuanto a la violencia que la madre ejercería sobre el niño, Fleitas exhibió audios en los que su hijo se expresa, a los llantos, en ese sentido y se niega a volver junto a su progenitora: “Tenés que decirle a mamá que la gente hablando se entiende”, le refleja el papá, por su parte.

Por otra parte, el suboficial confirmó que se encuentra en proceso para que la Justicia misionera le conceda la tenencia: “No me importa perder mi trabajo, tengo dos brazos y dos piernas y puedo hacer lo que sea, pero en este momento lo más importante es la salud de mi hijo”, concluyó.

 

 

 

Fuente LVM

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