Iguazú (LaVozDeCataratas) El episodio que terminó con los sospechosos imputados comenzó cuando una balsa proveniente del país vecino amarró en la Terminal Fluvial de Iguazú. Tras el descenso de los vehículos, el personal aduanero comenzó con los controles de rutina. Cuando llegó el turno de un auto Toyota color gris, un detalle llamó poderosamente la atención de los agentes: el aire acondicionado del coche.
Mientras los funcionarios del organismo realizaban las preguntas de rutina a los tres pasajeros, notaron que estaban muy acalorados y que el aire acondicionado del vehículo estaba encendido, pero que no enfriaba.
De acuerdo con lo que se informó, el personal de la Aduana decidió indagar sobre el inconveniente técnico del auto y con una linterna alumbraron la rejilla por la que debería salir el frío. Cuando iluminaron el artefacto observaron un brillo que se reflejaba en un papel. Ante la extraña situación decidieron hacerle caso a su instinto y procedieron a desarmar ese sector del auto.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida de LaVozDeCataratas (@lavozdecataratasok)
Así, descubrieron que el aire acondicionado no funcionaba porque en su lugar había teléfonos de procedencia extranjera, nuevos, dentro de sus cajas y con sus respectivos accesorios. En total eran 67 celulares Xiaomi modelos Poco C40 y Redmi 12C.
Los agentes dieron intervención al Juzgado Federal de Eldorado y secuestraron toda la mercadería valuada en $3.292.404,71. La Justicia imputó a los tres pasajeros por el delito de contrabando en grado de tentativa.
No es la primera vez que la Aduana evita un fraude de este tipo. Hace pocas semanas descubrió celulares valuados en $20 millones que estaban escondidos en auto acondicionado para el contrabando.