Iguazú (LaVozDeCataratas) Una camioneta con matrícula paraguaya conducida por un ciudadano del país vecino se presentó ante el control aduanero con intención de salir de Iguazú cuando agentes del organismo le realizaron las preguntas de rutina, ante lo cual el hombre aseguró que no tenía nada para declarar.
Sin embargo, las respuestas del pasajero no dejaron conformes a los guardas de la Aduana, que, lo decidieron inspeccionar el vehículo exhaustivamente, descubrieron una asombrosa cantidad vases plásticos con combustible en su interior.
El hombre había acondicionado su camioneta para el contrabando: la posterior revisión halló más botellas y bidones con nafta y gasoil en el espacio que rodeaba el motor. La situación constituía un enorme peligro ya que el calor generado por el vehículo podría haber generado una explosión.
Además, encontraron más envases con combustible en la parte inferior del rodado. El ciudadano paraguayo los había atado y había puesto una reja para que no se cayeran.
Más allá del riesgo que suponía y del ocultamiento inicial, la maniobra constituye una transgresión al régimen de equipaje, tipificada en el artículo 979 del Código Aduanero. Cabe recordar, el mencionado régimen simplificado no admite la exportación de combustible, que requiere documentación específica.