Iguazú (LaVozDeCataratas) El Streptococcus del grupo A (S. pyogenes) es la causa bacteriana más frecuente de faringitis aguda. Puede ocasionar también infecciones leves cutáneas como impétigo, celulitis o escarlatina. La Dra. Carla Niveyro, Responsable del Servicio de Infectología del Hospital Escuela, agregó: «En menor frecuencia, la presencia de esta bacteria se puede presentar como una infección grave, invasiva con bacteriemia, meningitis, cuadro de shock tóxico»
Transmisión: En cuanto a los contagios y transmisión, la profesional indicó que el reservorio es el humano, y que dicha bacteria forma parte de la flora bacteriana habitual. «Las personas pueden ser portadoras asintomáticas. Se transmite por el contacto con las gotitas eliminadas al toser, hablar o estornudar y por heridas infectadas.»
Síntomas: Los síntomas de la faringitis son dolor de garganta, fiebre, cefaleas, dolor abdominal, náuseas y vómitos. También puede presentarse con enrojecimiento de faringe y amígdalas, mal aliento, ganglios aumentados de tamaño en el cuello.
En relación a la escarlatina, los síntomas más frecuentes son: garganta roja y dolor, fiebre (38°C o más), erupción de color rojo con textura de papel de lija, piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle, recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta, lengua «aframbuesada», dolor de cabeza, náuseas o vómitos, inflamación de los ganglios, dolores en el cuerpo.
Recomendaciones: ante la presencia de algunos de estos síntomas, es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica para tener diagnóstico oportuno. En caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema (cumplir dosis y horarios indicados, no acortar ni abandonar el tratamiento). La utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana.
Las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos y restringir los contactos. Se recomienda no compartir objetos de uso personal (cubiertos, vasos, toallas, entre otros) y ventilar de forma regular los ambientes.
Tratamiento: El tratamiento antibiótico recomendado es penicilina. Las dosis, duración y vía de administración varían según el cuadro clínico a tratar.
El tratamiento adecuado con antibióticos transcurridas las primeras 24 horas elimina la capacidad de propagación. Es fundamental mantener conductas de higiene personal y lavado frecuente de manos, ya que esto ayuda a controlar la transmisión.