Iguazú (LaVozDeCataratas-kelly Ferreyra) En cada rincón, el 8 de diciembre marca el comienzo de la temporada navideña, un momento esperado para encender luces brillantes, adornar calles y preparar árboles llenos de alegría festiva. Sin embargo, este año, al recorrer las calles de Iguazú, nos enfrentamos a una realidad diferente, una ausencia palpable del espíritu navideño que tradicionalmente si bien no fue algo impresionante, se podía apreciar el esfuerzo de cada uno.
Nos preguntamos, ¿por qué esperar a que el gobierno local lo haga? Cada residente, comerciante, institución y hotel debería sumarse al espíritu navideño decorando sus espacios. Como ciudad turística, la decoración no solo embellece, sino que también atrae a visitantes, convirtiéndonos en un destino aún más encantador.
Lugares emblemáticos como el Hito de las Tres Fronteras o la feria pueden unirse para crear una atmósfera navideña especial. Las 600 hectáreas, hoteles de alta categoría podrían convertirse en portales temáticos que den la bienvenida a los visitantes en ambas entradas. En lugar de depender exclusivamente del Estado, ¿por qué no unir esfuerzos y planificar desde lo privado?
En esta temporada festiva, recordemos la importancia de cultivar un fuerte sentido de pertenencia y contribuir individualmente para embellecer nuestra ciudad. Cada adorno, cada luz parpadeante y cada árbol navideño no solo son elementos decorativos, sino expresiones de amor por nuestro hogar. Cada comercio, cada hogar, cada rincón de Iguazú tiene el potencial de contribuir a crear un ambiente festivo y acogedor.