El brote de dengue en Posadas vuelve a poner el foco en la salud pública, con una enfermedad que llegó para quedarse hace muchos años. Sin embargo, se ha vuelto más grave en su afectación a personas que forman parte del grupo más vulnerable.
Desde el Ministerio de Salud Pública, hay poca información respecto a los afectados y la información sobre las víctimas que lamentablemente dejó el dengue, se termina sabiendo antes extraoficialmente y no por el único canal informativo que debería existir.
Se puede suponer que es por la llegada de una nueva gestión y que aún se encuentra en período de inicio, con lo cual cuesta poner en marcha un mecanismo ágil, que permita a la sociedad contar con la información de la fuente y no de las versiones que se multiplican en los barrios, muchas veces generando más pánico que prevención.
Se llegó a una instancia en la que tenemos o conocemos a alguien que padece el dengue. Incluso, que atraviesa un momento difícil con internación en algún nosocomio estatal o privado. Sin embargo, desde el Ministerio se niega información y se prometen partes que terminan no siendo ni claros ni informativos.
Saber la verdad de las cifras, de los puntos con más casos detectados, también es parte de la prevención. Saber que un vecino tiene dengue, ayuda a que los demás habitantes de una manzana, una cuadra o un barrio tomen mayor conciencia y actuen en la limpieza (descacharrización) como en el uso de repelentes, la ventilación con mosquiteros, etc.
Ya pasamos etapas duras (dengue, chikungunya y COVID). Algo debimos haber aprendido.
Fuente Primera Edición