Al recibir el merecido reconocimiento, Vivi Yommi no sólo agradeció a su familia y a quienes la apoyaron, sino que hizo una reflexión profunda sobre su labor y la importancia de la inclusión en la educación. «Este premio representa al Instituto Esperanza, no a una persona. Representa a una comunidad educativa que lucha por la inclusión, la igualdad de oportunidades y, fundamentalmente, en lugar de hablar de discapacidad, hablemos de capacidad», expresó con emoción.

La dedicación y el compromiso de Vivi con sus alumnos y con la misión de la escuela quedaron en evidencia en sus palabras. «Queridos padres de los alumnos, tengan por seguro que seguiremos luchando por la inclusión de sus hijos dentro del ámbito laboral. Daremos lo mejor que tengamos como docentes y como profesionales para que no se hable de inclusión, sino que un alumno ingrese a trabajar», afirmó con determinación.

Antonia Soto fundadora del Instituto, su «mano derecha» , también fue destacada por su papel fundamental en el funcionamiento de la escuela. «Antonia soñó con tener una escuela, y ella luchó, caminó y tuvo esa fuerza para darle un lugar a cada uno de nuestros estudiantes. Gracias a ella, nos trajiste hasta acá, mirá todo lo que generaste y todos los profesionales que tiene la escuela gracias a vos», mencionó Vivi emocionada.

La historia de la escuela se remonta a una época donde solo había monte, y con la visión y el esfuerzo de Vivi y Antonia, lograron crear un espacio educativo excepcional. Vivi recordó: «Empezamos así, con Antonia. Los chicos vinieron, la escuela se agrandó con empanadas y la colaboración de la comunidad, y fuimos creciendo. Hoy somos un equipo extraordinario, y este premio es de todos: docentes, padres y la comunidad que siempre nos apoyó».

En cuanto a su participación en la Liga Nacional de Fútbol Senior +35, Vivi expresó la necesidad de la colaboración de la comunidad para hacer posible este desafío. «Somos un club sin fines de lucro, y necesitamos la colaboración de patrocinios para solventar los gastos que demandan esta participación», destacó.

La docente, que lleva más de 30 años dedicados a la educación especial, cerró su intervención con un agradecimiento especial a la comunidad de Iguazú: «Gracias comunidad de Iguazú. Todo lo que somos hoy en día ante la Argentina es porque somos una escuela que lucha por lo que queremos. No hay nada, no existe una dificultad; nosotros seguimos adelante».

Lorena Aguilar, la persona que inscribió a Vivi en el concurso, compartió su admiración por la dedicación de la docente y resaltó el valor del esfuerzo y el acompañamiento que ofrece la escuela. «Estoy agradecida por el premio para Vivi, para los docentes de la escuela, para cada uno de los profesionales que trabajan allí», concluyó.

La historia de Vivi Yommi es un testimonio conmovedor de la pasión y el compromiso que pueden transformar la educación y la vida de aquellos que más lo necesitan. Su legado es un recordatorio de que la inclusión y la igualdad de oportunidades son posibles cuando la comunidad se une con un propósito noble.