Iguazú (LaVozDeCataratas) Este cambio no solo fortaleció la infraestructura, sino que también permitió la creación de habitaciones separadas en pabellones para hombres y mujeres, mejorando así la calidad de atención y servicios para los internos.
Actualmente, la administración del Hogar San Ramón está a cargo del obispado, mientras que una subcomisión se encarga de mantener y gestionar los aspectos económicos. En un esfuerzo constante por brindar un ambiente acogedor, el asilo sigue siendo un lugar donde los horarios de las comidas son sagrados. Los demás momentos del día se destinan al tiempo libre, ofreciendo a los residentes la oportunidad de recibir visitas y disfrutar de momentos especiales.
Entre los abuelos residentes destaca la figura de la abuela Trinidad, con sus impresionantes 97 años de vida. Vanesa Acuña, quien ha estado al frente del hogar durante un año, expresó su agradecimiento por la solidaridad de la comunidad, que se manifiesta a través de donaciones como pañales, alimentos no perecederos y gestos especiales, como la entrega de pan dulce en las fiestas navideñas.
Acuña, junto a un equipo de 18 empleados, trabaja para proporcionar la atención necesaria a los abuelos, asegurando que cada día esté lleno de amor y cuidado. Además, señala las necesidades apremiantes del hogar, destacando la importancia de las donaciones de pañales en tallas grandes y extragrandes, así como yerba, azúcar, leche. Asimismo, subraya la necesidad de voluntarios que deseen compartir su tiempo y realizar actividades físicas con los abuelos, considerando estas interacciones como fundamentales para el bienestar emocional y físico de los residentes.
Desde el año 2000, el Hogar San Ramón cuenta con una capilla llamada «Santísima Trinidad», donde se celebra la misa para los trabajadores del hogar y los abuelos los jueves y sábados. Esta capilla se ha convertido en un espacio espiritual y de encuentro comunitario, y Acuña extiende una cálida invitación a la comunidad para que se acerque, visite a los abuelos y comparta momentos en comunidad de alegría y compañía. En sus palabras, cada gesto cuenta y contribuye a hacer del Hogar San Ramón un verdadero hogar lleno de amor y calidez.