Iguazú (LaVozDeCataratas)Ante esta situación, se ha tomado la decisión de derivar los residuos de gran porte, como escombros y restos de poda, al basural a cielo abierto ubicado en el Barrio San Juan. Sin embargo, esta medida ha generado nuevas problemáticas, ya que el basural ha colapsado bajo la carga de desechos, superando su capacidad de manejo.
En un intento por reducir la acumulación de residuos en el área, algunos vecinos recurren a la quema de desechos, práctica que conlleva riesgos significativos. Como resultado, se han registrado situaciones donde el fuego se sale de control, poniendo en peligro no solo la salud y seguridad de los residentes, sino también la integridad de las precarias viviendas cercanas.
«Tres o cuatro días vino la máquina y limpio, quedó todo muy lindo pero después cerraron el basural y prenden fuego para tratar de reducir un poco, hasta altas horas de la noche, ni siquiera tienen miedo que se prendan fuego las casas que son solo de madera» relataron los vecinos de la zona a LaVozDeCataratas.
Además, se observa un preocupante patrón de arrojo indiscriminado de basura a lo largo de la Avenida Ámbar, ya que cuando los vecinos que acuden al vertedero y lo hallan con las puertas cerradas, deciden desechar los residuos sobre la calle. «Los vecinos limpian la calle, y después vienen con auto o camioneta y hasta perros muertos tiran junto a todo tipo de mugre» relataron.
Esta falta de conciencia ambiental y civismo contribuye aún más a la acumulación de desechos y a la degradación del entorno urbano.
Ante esta situación, es imperativo que se implementen medidas efectivas para abordar el problema de la gestión de residuos en Iguazú. Esto incluye la búsqueda de soluciones sostenibles a largo plazo, como la expansión de la capacidad de la planta recicladora, la promoción de prácticas de reciclaje y compostaje, así como la educación y sensibilización de la comunidad sobre la importancia de mantener un ambiente limpio y saludable para todos.