Iguazú: entre la espada y las Cataratas, la saga de una comunidad resiliente

Iguazú, hogar de las Cataratas, ha sido testigo de la resiliencia en su industria turística a lo largo de los años. Desde desafíos económicos hasta crisis globales, la región ha demostrado una capacidad notable para adaptarse y recuperarse. Sin embargo, hoy nos enfrentamos a una nueva prueba, una que requiere de una resiliencia aún mayor.

Iguazú (LaVozDeCataratas – Kelly Ferreyra) La pandemia mundial cerró las fronteras y paralizó la actividad turística en todo el mundo, y no fue diferente en Iguazú. Durante meses, el rugido de las Cataratas fue silenciado por la ausencia de visitantes. Pero como el agua que fluye incesantemente, la comunidad local demostró su resiliencia, encontrando formas creativas de sobrevivir. Desde la promoción del turismo interno hasta la diversificación de servicios, cada acción fue un testimonio del espíritu indomable de Iguazú.

Sin embargo, justo cuando comenzábamos a vislumbrar la luz al final del túnel, nos enfrentamos a nuevos desafíos económicos. Las medidas económicas del país han impactado negativamente en la llegada de turistas, y la falta de promoción del destino ha agravado la situación. Además,el reciente cierre del circuito de la Garganta del Diablo ha dejado a las Cataratas incompletas, privando a los visitantes de una de las experiencias más impresionantes del mundo.

La gente cree erróneamente que las Cataratas son un imán infalible para el turismo, olvidando que incluso este tesoro natural puede ser vulnerable a las fluctuaciones económicas y a las crisis mundiales. Es importante recordar que las Cataratas permanecieron cerradas durante un año y medio, un recordatorio contundente de que el turismo no es garantizado.

Pero en medio de la adversidad, surge la oportunidad. La resiliencia de Iguazú radica en su capacidad para transformar los desafíos en oportunidades. Es hora de innovar, de pensar fuera de lo común y de colaborar entre todos los actores del turismo. Desde la mejora de la infraestructura hasta la implementación de estrategias de promoción más efectivas, hay mucho por hacer.

La resiliencia turística no se trata solo de superar crisis, sino de construir un futuro más sólido y sostenible. Iguazú ha demostrado una y otra vez su capacidad para reinventarse, y esta vez no será diferente. Con determinación y trabajo en equipo, estamos seguros de que las Cataratas volverán a rugir con la fuerza de siempre, y que el turismo en Iguazú brillará una vez más como una joya en el corazón de Argentina.

El Día Mundial de la Resiliencia del Turismo (17 de febrero), proclamado por la Asamblea General en su resolución A/RES/77/269, tiene por objeto hacer hincapié en la necesidad de fomentar el desarrollo de un turismo resiliente para hacer frente a las conmociones, teniendo en cuenta la vulnerabilidad del sector turístico a las emergencias.

Es también un llamamiento a la acción para que los Estados Miembros desarrollen estrategias nacionales de rehabilitación tras las perturbaciones, incluso mediante la cooperación entre el sector público y el privado y la diversificación de actividades y productos.

 

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