Iguazú (LaVozDeCataratas) La retirada del producto del mercado brasileño se produjo el lunes 8 de abril, después de que las muestras fiscales, sometidas a análisis de laboratorio, mostraran en el resultado que se trataba de un aceite clasificado como tipo lampante, un producto considerado no apto para el consumo y que podría ser utilizado en el fraude del aceite de oliva.
De acuerdo con el jefe del Servicio de Inspección de Productos de Origen Vegetal de Paraná (SIPOV/PR), Fernando Mendes, el aceite de oliva es el producto obtenido solo del fruto del olivo, excluyendo todos y cada uno de los aceites obtenidos por el uso de solventes o por mezcla con otros aceites, independientemente de sus proporciones. «La adición de cualquier otro producto al aceite de oliva ya caracteriza el fraude», explicó.
Los fraudes de aceite de oliva llevados a cabo por empresas en Brasil, la mayoría de ellas clandestinas, utilizan aceites no comestibles que no son aptos para el consumo humano, como, por ejemplo, el aceite lampante, que representa un gran riesgo para la salud del consumidor.
El lampante, aceite de oliva de baja calidad, caracterizado por su alta acidez, sabores extraños e impurezas, se utilizó históricamente como combustible para lámparas de aceite.
«El 100% de los cargamentos de aceite de oliva importados a granel, por ser considerados de alto riesgo de fraude, cuentan con muestras recolectadas por la inspección agropecuaria federal que son destinadas al laboratorio del Mapa para su análisis físico, químico y sensorial, asegurando así la calidad de estos productos en el mercado interno», dijo Mendes.