Personajes: «Cacho», el cordobés que se instaló en Iguazú hace 32 años y trabaja del arte

Este es un espacio para conocerlos a través de LaVozDecataratas. Conocí a Cacho apenas llegué a Iguazú, lo encontraba en las calles subido a las escaleras pintando un cartel. Hace muchos años de esto y siempre quise preguntarle cómo era vivir así.

Iguazú (LaVozDeCataratas-Kelly Ferreyra) Cuanta gente hay en Iguazú desde hace tantos años que solo los conocemos al pasar. Quizás nunca hablaste con ellos, pero sabes que están, y este es un espacio para conocerlos a través de LaVozDecataratas.

Conocí a Cacho apenas llegué a Iguazú, lo encontraba en las calles subido a las escaleras pintando un cartel. Hace muchos años de esto y siempre quise preguntarle cómo era vivir así. En tantos años que lo conozco, hace poco me enteré de dónde es y su nombre real, gracias a un trabajo que hizo en mi casa.

No hay quien no lo conozca; creo que todo Iguazú tiene algo pintado por él. Como bohemio, hay que darle su espacio y su tiempo, porque es tranquilo en su andar y detallista en su trabajo.

Dialogamos con él para que nos cuente un poco de su vida y su obra. Es de Sierra de Calamuchita en Córdoba, Walter Raúl Núñez, conocido como Cacho. Llegó a Iguazú como artesano hace 32 años. Aunque dejó la artesanía, encontró su verdadera vocación en la pintura y se puso a trabajar en una empresa en la parte eléctrica. «Me quedé, me casé. Trabajo todo el año gracias a empresas grandes, haciendo pintura en hoteles y restaurantes. Se vive bien, no es para tirar manteca al techo, pero se vive bien,» nos comenta con humildad.

La labor de Cacho no se limita a trabajos esporádicos; su arte está impregnado en la esencia misma de la ciudad. Desde grandes murales hasta pequeños detalles en negocios locales, su estilo y dedicación son inconfundibles. Uno de sus trabajos más destacados es un mural en Iguazú Jungle, en  cataratas, realizado en 1995 gracias a Eduardo Arrabal. «Fue una obra maravillosa, llena de plantas, flores y coatíes. Es una de mis favoritas porque refleja la biodiversidad y la belleza de nuestra región», recodó

La creatividad de Cacho es su sello distintivo. «Si me dicen ‘haz un logo’, lo hago, pero me gusta crear, por eso me dicen ‘hacelo como vos quieras’. Todos me conocen, vivo en la calle, me dejan ser.» Su proceso creativo es meticuloso y dedicado. «Una semana en hacer un mural, a veces soy más rápido, pero me gustan los detalles, lleva tiempo. Me considero un buen pintor.»

Además de murales, Cacho ha dejado su marca en numerosos hoteles de la región, donde varios de sus cuadros adornan las paredes. «Eso me gusta, aunque es caro. Cada cuadro tiene una parte de mí, de mi visión del mundo y del arte.»

La vida de Cacho es un testimonio de dedicación y amor por el arte. Su presencia en Iguazú no solo enriquece visualmente la ciudad, sino que también la conecta con sus raíces culturales y naturales. A través de su obra, Cacho nos invita a ver el mundo con otros ojos, apreciando los detalles y la belleza que a menudo pasamos por alto.

 

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