Iguazú (LaVozDeCataratas) Arrabal inició el proyecto junto a Sebastián Costa, también médico veterinario, científico y compañero del CeIBA y del Instituto de Biología Subtropical (BS-CONICET). «Nuestro objetivo inicial era evaluar las enfermedades zoonóticas que pudieran tener los coatíes y que pudieran ser transmitidas a las personas. También queríamos analizar parámetros bioquímicos y hematológicos para determinar si la dieta basada en desperdicios y alimentos ofrecidos por los turistas causaba enfermedades metabólicas en los animales», explicó Arrabal.
Desarrollo y desafíos: Con los primeros resultados en mano, Arrabal y Costa decidieron continuar con el estudio por interés personal. En 2017, debido al aumento poblacional de coatíes en el área turística del PNI y los problemas asociados, la delegación técnica del PNI les propuso evaluar diferentes medidas de manejo para reducir el contacto entre los coatíes y los turistas.
«Concluimos que era casi imposible ahuyentar a los coatíes porque la oferta diaria de alimento humano era muy atractiva y cómoda. Esta aglomeración de animales facilitaba la posibilidad de un brote de una enfermedad zoonótica y el contacto con turistas podía favorecer su propagación a otras partes del mundo», señaló Arrabal.
Propuesta de soluciones: Para abordar estos desafíos, los investigadores propusieron aislar… propusieron aislar los patios de comida de manera que los animales no pudieran alcanzar a los turistas mientras consumen alimentos. «El resultado de hoy son las jaulas donde el turista puede sentarse a comer tranquilo y sin miedo a que los animales roben sus pertenencias», mencionó Arrabal.
Formalización y expansión del proyecto:En 2021, Arrabal decidió formalizar el proyecto enmarcándolo en un plan de investigación posdoctoral desde el CONICET. Este nuevo enfoque permitió ampliar las investigaciones sobre la salud de la población de coatíes y estudiar el impacto potencial de la transmisión de enfermedades a predadores como el yaguareté.
Este año, luego de la sospecha de un brote de enfermedad, comenzamos a trabajar en conjunto con investigadores del INMeT, IMIBIO y Güira Oga para fortalecer los estudios sobre la circulación de enfermedades zoonóticas de alto riesgo», agregó Arrabal.
El trabajo de Arrabal y su equipo no solo ha contribuido a mejorar la gestión y conservación de los coatíes en el Parque Nacional Iguazú, sino que también ha resaltado la importancia de desarrollar políticas de manejo que minimicen el riesgo de enfermedades zoonóticas. Esta investigación continúa siendo fundamental para garantizar la salud tanto de los animales como de los visitantes del parque, promoviendo un equilibrio sostenible entre la fauna local y el turismo.