Iguazú (LaVozDeCataratas) En el marco del Día del Nutricionista, se destaca la creciente preocupación por la calidad de la alimentación en nuestra ciudad. Factores sociales, económicos y rutinarios juegan un papel clave en la nutrición diaria, y en los últimos tiempos se ha registrado un aumento en las consultas de personas que buscan ayuda ante desórdenes alimentarios.
La Licenciada en Nutrición Anabella Cirillo (MP 388), profesional destacada en Iguazú, en diálogo con LaVozDeCataratas, subraya que las alteraciones en los hábitos de consumo comenzaron a notarse a partir del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio decretado por la pandemia de COVID-19. “Tras varias semanas de cuarentena, hubo cambios en los hábitos de consumo en gran parte de la población. Esa situación llevó a mucha gente a aumentar de peso por el encierro y la falta de actividad física. Sin embargo, otros lograron generar hábitos saludables que los llevaron a querer cuidarse más. Aun así, el número de consultas de personas en busca de ayuda debido al desorden alimentario que derivó de esta situación aumentó considerablemente”, señaló Cirillo.
La profesional enfatiza la importancia de reemplazar las dietas restrictivas por planes alimentarios sostenibles en el tiempo, con el objetivo de mejorar la calidad de vida. Además, advierte que los cambios económicos han afectado los hábitos alimenticios de la población, con una disminución en el consumo de alimentos ricos en propiedades nutritivas. “Es esencial incluir frutas y verduras que aporten nutrientes como la vitamina C, cúrcuma o jengibre, que son antiinflamatorios y ayudan a mantener altas las defensas del sistema inmunológico, protegiéndonos de enfermedades y otras alteraciones”, explica Cirillo.
Las proyecciones para 2024 indican que el consumo de carnes por habitante en nuestro país cerrará en torno a los 44,8 kilos por persona, el nivel más bajo desde 1920, cuando el promedio histórico fue de 72,9 kilos anuales. Según la nutricionista, “mientras la ingesta de carnes disminuye, aumenta el consumo de carbohidratos, como arroz, fideos o harinas, lo que puede llevar a un aumento de peso y riesgos asociados como enfermedades cardiovasculares, diabetes u obesidad”.
Cirillo también alerta sobre las consecuencias de la disminución del consumo de carnes, lo que podría generar en el futuro una mayor prevalencia de anemia por falta de hierro en la población. “Este es un factor a tener en cuenta”, concluye.