La Diócesis de Iguazú celebró el día de los Diáconos, con la institución de ministerios.

Durante la celebración, se llevó a cabo la institución en el ministerio de acólito y en el ministerio del lector, reafirmando el compromiso de servicio y devoción de quienes desempeñan estos roles en la Iglesia. Los diáconos, aunque han recibido el sacramento del Orden, no son propiamente sacerdotes y, por lo tanto, no poseen todas las potestades sacerdotales. Sin embargo, a lo largo de la historia de la Iglesia, han sido una ayuda invaluable para los sacerdotes, desempeñando un rol crucial en la liturgia, la palabra y la caridad.

Iguazú (LaVozDeCataratas) En el marco de la fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir de la Iglesia, que se celebra cada 10 de agosto, también se conmemora el Día de los Diáconos Permanentes. Esta importante fecha fue honrada con una misa especial en el Santuario La Divina Misericordia, presidida por el Obispo de la Diócesis de Iguazú, Monseñor Nicolás Baisi.

Durante la celebración, se llevó a cabo la institución en el ministerio de acólito y en el ministerio del lector, reafirmando el compromiso de servicio y devoción de quienes desempeñan estos roles en la Iglesia. Los diáconos, aunque han recibido el sacramento del Orden, no son propiamente sacerdotes y, por lo tanto, no poseen todas las potestades sacerdotales. Sin embargo, a lo largo de la historia de la Iglesia, han sido una ayuda invaluable para los sacerdotes, desempeñando un rol crucial en la liturgia, la palabra y la caridad.

El sacramento del Orden, en sus tres grados –episcopado, presbiterado y diaconado–, está explicado en los numerales 1554 al 1571 del Catecismo de la Iglesia Católica (CIC). Los diáconos se ordenan principalmente para servir en la palabra, la liturgia y la caridad, y su función principal es la asistencia cualificada al sacerdote en las celebraciones. Algunas de sus competencias incluyen la administración del Bautismo, la conservación y distribución de la Eucaristía, la exposición del Santísimo y la bendición eucarística, la Sagrada Comunión, el viático a los moribundos, la bendición de matrimonios, la lectura de las Sagradas Escrituras, la administración de sacramentales como el agua bendita y la bendición de casas, imágenes y objetos, y la presidencia en ritos fúnebres y sepulturas.

El diaconado, como ministerio permanente, tuvo un papel predominante en la Iglesia de Occidente hasta el siglo V, momento en el que comenzó a decaer y se convirtió en una etapa previa al sacerdocio. No obstante, el legado de los diáconos permanece, recordando la importancia de su servicio en la historia de la Iglesia.

San Lorenzo, uno de los siete diáconos de Roma en el siglo III, fue un ejemplo de este servicio. Ayudaba al Papa Sixto II, quien lo nombró administrador de los bienes de la Iglesia y le encomendó la distribución de ayuda entre los pobres y necesitados, reforzando así el espíritu de caridad y entrega que caracteriza al diaconado.

error: Contenido protegido!