
El estrés y las emociones fuertes pueden desencadenar una variedad de síntomas respiratorios.
El estrés agudo, se define como un impacto emocional muy fuerte y repentino, puede causar ataques de asma o hiperventilación, lo que puede provocar ataques de pánico.
El estrés provoca un aumento de la frecuencia cardíaca, contracciones más fuertes del músculo cardíaco y un aumento de la presión arterial.
El estrés crónico, o el estrés constante experimentado durante un período prolongado, puede contribuir a problemas a largo plazo con el corazón y los vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de hipertensión, ataque cardíaco o accidente cerebrovascular.
Cómo afecta el estrés al sistema gastrointestinal: En el estómago y el intestino, el estrés puede desencadenar dolor, distensión abdominal, náuseas y otras molestias, además de estar asociado a cambios en la microbiota intestinal (conjunto de bacterias que viven en el órgano).
En casos más severos, el estrés puede desencadenar vómitos, aumento o disminución del apetito, diarrea o estreñimiento.
El estrés en un factor que se encuentra en nuestra vida, pero si es constante puede tener repercusiones en nuestra salud. Para reducirlo, práctica una vida más saludable, realizando ejercicios, pasatiempos y teniendo una buena alimentación.
Fuente Ámbito