Los medios de prensa brasileños destacan la gravedad de la situación, señalando que el tráfico se vuelve caótico especialmente durante las horas pico. Las quejas apuntan a la lentitud de los trabajos del Ministerio de Obras Públicas de Paraguay (MOPC), que se realizan en momentos de mayor movimiento comercial, sin aprovechar las noches, fines de semana o feriados para reducir el impacto. El tiempo de espera para cruzar el puente puede llegar hasta tres horas, afectando a las más de 103 mil personas y 45 mil vehículos que transitan a diario por este paso internacional.
La falta de planificación ha provocado una ola de críticas, ya que las obras ralentizan el tráfico en el puente y generan largas filas que afectan tanto a la BR 277 como a avenidas periféricas en Foz de Iguazú, complicando la movilidad en la región.