El reto de dos carteros en Iguazú: manteniendo el servicio postal activo

LaVozdeCataratas visitó las oficinas del Correo Argentino en Iguazú y dialogó con Félix Daniel López, uno de los empleados más experimentado con más de 16 años en la institución y con la Jefa de Correo Argentino sucursal Iguazú,  Emilce Ludmila Fernández, quien compartió emotivos recuerdos de su padre, destacando las anécdotas que marcaron su vida como cartero, como los desafíos que enfrentaba al lidiar con perros en su recorrido diario, o cómo conocía los nombres de cada vecino al entregarles correspondencia. "El correo siempre fue parte de nuestra vida, y ahora lo es para mí también, aquí somos una familia", comentó con orgullo.

Iguazú (LaVozDeCataratas) Hoy en día, el servicio postal enfrenta nuevos retos. Según Félix Daniel López, actual encargado del área de distribución y cartero con más de 16 años de experiencia, el Correo Argentino en Iguazú cuenta actualmente con solo dos carteros para toda la ciudad, una situación compleja considerando el crecimiento de la misma. Este déficit de personal se debe, en parte, a la jubilación de empleados veteranos y a la falta de nuevas incorporaciones. Sin embargo, López asegura que el equipo continúa esforzándose por brindar un servicio de calidad, a pesar de las dificultades.

«La ciudad se ha dividido en dos grandes zonas para la distribución de cartas y nuestros carteros Oscar Ocampos  y Lucas Klitz  se encargan de ellas, Además de las cartas, también manejan la entrega de telegramas, mientras que la paquetería ha sido tercerizada para su distribución. Nos estamos reacomodando, pero seguimos comprometidos en dar el mejor servicio posible», expresó la Jefa de Correo Argentino Sucursal Iguazú,  Emilce Ludmila Fernández.

«Empecé hace más o menos 16 años, y durante los primeros 14, trabajé como cartero. Al principio, hacía los recorridos caminando porque no tenía moto, así que me encargaba de las zonas más cercanas al centro», recordó Félix con una sonrisa, quien también compartió algunas de las anécdotas más memorables de su tiempo como cartero. «Uno de los recuerdos más graciosos fue durante un operativo de boletas. Había estafadores que cobraban con esas boletas. En una entrega en particular cuando llegué a la casa de una señora, salió con un palo de escoba y me lo lanzó a la cabeza. Yo me quedé en shock, sin entender qué pasaba», cuenta entre risas. «Me acerqué de nuevo y ¡me volvió a tirar el palo! Resulta que estaba enojada porque no quería que le llegaran más boletas y pagar. Fue una situación cómica, pero en ese momento no lo parecía.»

Otro de los retos diarios que enfrentaba eran los perros del barrio. «Los perros eran un problema constante. Todos los días terminaba con pantalones rotos o alguna mordedura. Era parte de la rutina, pero nunca dejaba de sorprenderme.»

La Jefa de Correo Argentino Sucursal Iguazú,  Emilce Ludmila Fernández, es hija de cartero  y prácticamente se crió entre telegramas y cartas, «mi padre inició sus actividades allá por la década del 70, y permaneció durante 37 años en el oficio y en esta sucursal,  por lo cual demanda en mí un compromiso y responsabilidad por varios factores primeramente como jefa de la sucursal para realizar las tareas que esto conlleva  y segundo para seguir esta matriz de aprendizaje que fue heredada y como adquirida a lo largo de mi vida, como también ser responsable de este edificio que pertenece y hace parte de nuestra historia, raíces, esencia  y el cual debemos preservar para las generaciones futuras»

Las anécdotas y el esfuerzo de Félix y sus compañeros son un testimonio del trabajo dedicado que se realiza en el Correo Argentino, un servicio que sigue siendo esencial para la comunidad de  Iguazú, adaptándose a los cambios y superando cada obstáculo con la misma dedicación de siempre.

La Dirección de Patrimonio Histórico descubrió, en enero de este año,  el Cartel indicador  en el edificio de Correo Argentino Declarado Patrimonio Municipal de Interés Histórico Cultural por ordenanza municipal N° 20/20. La Jefa de Correo Argentino Sucursal Iguazú, Emilce Ludmila Fernández, donó un casquete del primer cartero allá por 1970, Marcos Fernández.

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