Iguazú (LaVozDeCataratas- Kelly Ferreyra) Cada año, millones de visitantes llegan a admirar la magnificencia de la Garganta del Diablo, el imponente caudal de agua que cae con una fuerza descomunal y genera una experiencia inolvidable. Pero, ¿qué hay detrás de ese paisaje cautivador? El Parque Nacional Iguazú es una de las áreas protegidas más importantes de Argentina y del mundo, hogar de una rica fauna y flora que requiere atención constante para evitar el deterioro. Desde jaguares y tapires, hasta el simpático coatí que muchas veces es el protagonista de las fotos de los turistas, cada especie representa un eslabón crucial de un ecosistema que debe ser conservado con responsabilidad.
El desafío de la sustentabilidad: la preservación del área protegida debe ser una prioridad absoluta. A medida que se impulsa la promoción del destino para atraer más visitantes, también crecemos en el compromiso con la sustentabilidad. No se trata solo de conservar la belleza escénica del lugar, sino de garantizar que las futuras generaciones puedan disfrutar de este paraíso natural tal como lo conocemos hoy.
La gestión responsable de los residuos, el control del impacto humano en los senderos y la promoción de prácticas turísticas responsables son parte del desafío. La concientización tanto de los prestadores de servicios turísticos como de los visitantes es clave para lograr un equilibrio entre la explotación turística y la preservación ambiental.
Protección de la fauna: Cada rincón del Parque Nacional Iguazú alberga especies en peligro de extinción, como el yaguareté, que requiere de un hábitat protegido y seguro para sobrevivir. La protección de estos animales no solo depende del control de la caza furtiva, sino también de la implementación de políticas estrictas para evitar, el atropellamiento de animales en las rutas, la fragmentación de sus hábitats y la alteración de sus patrones de comportamiento debido a la afluencia de turistas.
En este sentido, la educación ambiental y el compromiso de los visitantes juegan un rol fundamental. Los turistas no son meros espectadores, sino actores activos en la preservación. Respetar las normas del parque, evitar alimentar a los animales y ser conscientes de nuestro impacto son acciones pequeñas que, sumadas, marcan una gran diferencia.
Atención al visitante: Más allá de la protección del entorno natural, la atención al turista que visita el destino Iguazú es un factor clave para la experiencia del destino. La calidad en el servicio, la hospitalidad local y la infraestructura adecuada son pilares fundamentales para asegurar que cada persona que nos visita, se lleve un recuerdo positivo y, a la vez, se convierta en un embajador de la protección de este lugar.
Una excelente atención no solo implica colaboradores capacitados y servicios accesibles, sino también la capacidad de transmitir a cada visitante la importancia de cuidar y preservar este entorno natural. El turismo responsable comienza con la información y se fortalece con la actitud de quienes trabajan en el destino, brindando una experiencia que inspire a valorar y cuidar lo que tenemos.
La promoción: tanto a nivel nacional como internacional, es crucial para mantener su posición de liderazgo como uno de los principales atractivos de Sudamérica. Sin embargo, debe ir acompañada de un mensaje claro: este paraíso natural es frágil y merece ser disfrutado con responsabilidad. No basta con atraer visitantes; debemos atraer visitantes conscientes, comprometidos con la idea de un turismo sustentable que preserve y proteja.
Las estrategias de promoción se vienen enfocando en resaltar no solo la belleza del paisaje, sino también la importancia de la conservación y la necesidad de respetar las normas. Mostrar las Cataratas como un ejemplo de desarrollo turístico sustentable fomentando actividades que reducen el impacto ambiental, esto nos ayudará a asegurar su futuro.
Un compromiso compartido: En este Día Mundial del Turismo, el destino Cataratas del Iguazú representa un ejemplo claro de que la naturaleza y el turismo pueden convivir, siempre y cuando todos asumamos nuestra responsabilidad. La preservación del área protegida, el cuidado de la fauna y flora, la atención al visitante y la promoción inteligente del destino deben trabajar de la mano para asegurar que este Patrimonio Natural de la Humanidad continúe siendo de belleza y sustentabilidad.
Hoy más que nunca, necesitamos un turismo que inspire a proteger y valorar el medio ambiente, que transforme a cada visitante en un defensor de la naturaleza y que promueva el desarrollo local sin comprometer la esencia del lugar. Porque al final, conservar las Cataratas del Iguazú no es solo un objetivo, es un compromiso que nos trasciende y nos une a todos.
Feliz día para todos los que trabajamos por ello!!!
*Kelly Ferreyra, periodista diplomada en turismo. Directora de LaVozDeCataratas