Iguazú (LaVozDeCataratas)En distintos puntos de la ciudad es común ver a personas durmiendo en la vía pública, adolescentes, y muchas de las cuales realizan actividades informales, como malabares en los semáforos, para ganarse el sustento diario. Este grupo, en su mayoría, está compuesto por jóvenes que enfrentan situaciones de vulnerabilidad extrema.
Otro segmento notable son aquellas personas conocidas localmente como «fisuras», individuos con problemas de adicción que, tras deambular durante la noche, encuentran refugio en cualquier espacio disponible. Esta situación genera controversia y preocupación, no solo por las condiciones en las que viven, sino también por el impacto en la seguridad y el orden público.
Vecinos de la zona también han reportado la presencia de familias completas en situación de calle, incluyendo menores que carecen de un entorno seguro para desarrollarse. En paralelo, muchas personas en situación de calle buscan sobrevivir recolectando materiales reciclables de los contenedores de basura o pidiendo ayuda a los transeúntes.
Aunque existen esfuerzos para mitigar esta problemática, de algunos sectores, el aumento de personas en situación de calle refleja una combinación de factores sociales, económicos y culturales. Entre estos, destacan la falta de oportunidades laborales, el aumento de adicciones y la carencia de políticas públicas efectivas que ofrezcan soluciones sostenibles.
Si bien se han desarrollado iniciativas como foros regionales y espacios de asistencia, los resultados han sido insuficientes ante la magnitud del desafío. Los vecinos, por su parte, hacen un llamado a reforzar las acciones destinadas a brindar atención integral a estas personas, que incluyen desde servicios de salud y rehabilitación hasta la provisión de refugios y programas de reinserción laboral.
Iguazú, con sus contrastes y particularidades, se encuentra ante la necesidad de generar un enfoque que contemple la inclusión social y la dignidad de todos sus habitantes. La problemática de las personas en situación de calle es un reflejo de las desigualdades existentes y, al mismo tiempo, un llamado urgente a construir una comunidad más solidaria y equitativa.