Iguazú (LaVozDeCataratas) La valorización artificial del peso argentino frente al dólar, implementada a través de decretos por el presidente Javier Milei, ha generado un fenómeno turístico que beneficia a Brasil. Miles de argentinos están cruzando la frontera para disfrutar de sus vacaciones de verano, aprovechando la mejora en el tipo de cambio que hace más accesible viajar al país vecino.
El Aeropuerto Internacional de Foz de Iguazú se ha convertido en un termómetro de esta situación, con un notable aumento en la presencia de turistas argentinos. Lo mismo ocurre en la aduana del Puente Tancredo Neves, donde largas filas de vehículos con matrícula argentina evidencian la creciente demanda. Según datos preliminares, en los últimos días, los argentinos han llegado en masa para abordar vuelos hacia el nordeste brasileño, un destino popular por sus playas paradisíacas y su clima cálido.
La periodista Cida Costa, colaboradora del Diário de Foz, recorrió el estacionamiento del aeropuerto este martes 21 de enero y constató que la cantidad de autos argentinos supera con creces a los brasileños y paraguayos. “Se estima que el 70% de los pasajeros de los vuelos hacia el nordeste de Brasil son argentinos. Tenemos que agradecerle a Milei por enviar tantos turistas a Brasil”, comentó en tono jocoso.
El flujo constante de visitantes argentinos no solo ha revitalizado el turismo en Foz de Iguazú, sino que también ha generado un impacto positivo en la economía local. Comercios, restaurantes y operadores turísticos de la región celebran el incremento en la actividad. Para muchos brasileños, la llegada de turistas argentinos representa una oportunidad para compensar la temporada baja que suele afectar a esta región en otras épocas del año.
El atractivo del nordeste brasileño, conocido por destinos como Recife, Salvador y Fortaleza, combinado con la percepción de que Brasil resulta más accesible económicamente, ha consolidado a esta región como un lugar predilecto para los argentinos. En contraste, la inflación y las restricciones cambiarias en Argentina han desincentivado las vacaciones dentro del propio país, dirigiendo a los ciudadanos hacia destinos internacionales.
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