Día del músico argentino.»Toti Vera»: “El que canta y toca chamamé tiene que ser buena persona»

En el Día Nacional del Músico Argentino, celebramos a aquellos artistas que con su talento y pasión mantienen viva nuestra cultura. Entre ellos, Jorgelino "Toti" Vera, referente de la música regional y del chamamé en Iguazú, nos comparte su historia, su visión de la música y su amor por lo propio. “El chamamé es una forma de vivir, representa al ser humano sencillo, humano, decente. Es defender lo nuestro, lo genuino”, reflexiona Toti.

Iguazú (LaVozDeCataratas) Desde niño, Toti sintió una conexión especial con la música. A los 16 años, su madre le compró su primera guitarra, y así comenzó un camino que lo llevaría a convertirse en una de las voces más destacadas del chamamé en la zona. “El chamamé es una forma de vivir, representa al ser humano sencillo, humano, decente. Es defender lo nuestro, lo genuino”, reflexiona Toti.

Su recorrido musical empezó en la iglesia católica, donde todavía toca en las misas. Más adelante, ya en sus 20 años, Caraícho Toledo lo invitó a formar parte del Cuarteto Santa María, un momento clave en su vida. “Con Caraícho aprendí mucho. Él escribía sobre los personajes de los pueblos, amigos y conocidos. Eso me inspiró a escribir canciones que rescatan las historias y legados de nuestra gente, como la Dra. Marta Schwarz, Eduardo Arrabal, Doña Kilina y Hilario Gómez. Es importante resaltar lo bueno que hacen por nuestra comunidad”, cuenta emocionado.

A lo largo de su trayectoria, Toti ha vivido momentos inolvidables en escenarios emblemáticos como el de Jesús María, Córdoba. “Estar en el escenario es lo más emotivo para cualquier cantor y guitarrero. Es el lugar donde se conecta con el público, donde sentís si les gusta lo que hacés. Esa conexión es única”, afirma.

El chamamé, para Toti, es más que música; es identidad. “El que canta y toca chamamé tiene que ser buena persona. Eso es lo que debe transmitir el cantor en el escenario. El chamamé nos identifica y nos enseña a ser mejores personas”, sostiene.

Aunque no se considera un referente local del chamamé, Toti reconoce que el público lo ve como un músico que canta “las cosas nuestras”. Para él, las historias de la región y las vivencias locales son la base de su inspiración. “Cuando escribo, las palabras fluyen como agua de manantial, como decía Martín Fierro. Hay que aprovechar ese momento, porque si no, se olvida”, asegura.

Además de la música, Toti tiene otra gran pasión: el fútbol. Es técnico profesional y admite que, de no haber sido músico, probablemente se habría dedicado al deporte. Sin embargo, su lugar está sobre el escenario, donde se siente orgulloso al ver cómo su música llega al corazón de la gente.

Para los jóvenes que deseen incursionar en el chamamé, Toti tiene un mensaje alentador: “Es lo mejor que hay. Aprendés a vivir, a sentir y, sobre todo, a ser buena gente”.

Finalmente, si tuviera la oportunidad de compartir el escenario con alguien, no duda en mencionar al Padre Julián Zini y en soñar con que Caraícho Toledo regrese para tocar juntos en el Cuarteto Santa María. “Esos momentos son los que realmente enriquecen el alma del cantor”, concluye.

En este día especial, celebramos a Toti Vera, un músico que lleva en sus canciones el alma de Iguazú y el corazón del chamamé.

Lo lamentamos. No hay nada que mostrar aún.

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