Vivir de la basura: «lo que para ustedes es basura, para nosotros es plata»

No es un secreto que hay gente que vive de lo que tiramos. "Nos salva el día", me decían los muchachos que trabajan en el basural. Pero cuando una intenta ser clara en el mensaje, aparecen estas cosas que te movilizan. Porque estamos acostumbrados a criticar, y a juzgar antes de escuchar. Siempre me llamó la atención esa realidad, no porque sea nueva, sino porque es una de esas verdades que están ahí, a la vista de todos, pero que preferimos ignorar.

Iguazú (Kelly Ferreyra) El miércoles por la mañana vi una publicación sobre la limpieza del basural en el barrio San Juan. Y me hizo acordar de la pandemia, cuando recorríamos esa zona repartiendo comida. Siempre me llamó la atención esa realidad, no es que sea algo nuevo,  sino porque es una de esas verdades que están ahí, a la vista de todos, pero que preferimos ignorar.

No es un secreto que hay gente que vive de lo que tiramos. «Nos salva el día», me decían los muchachos que trabajan en el basural. Pero cuando una intenta ser clara en el mensaje, aparecen estas cosas que te movilizan. Porque estamos acostumbrados a juzgar antes de escuchar.

Trato de escuchar a la gente. Leo, observo, intento entender qué piensan. Y muchos te catalogan según lo que decís. Que si hablás de esto, sos política; que si hablás de aquello, sos crítica. Pero acá no se trata de política, ni de juzgar ni de criticar. Se trata de contar la realidad.

Y la realidad hoy es ese basural donde muchas personas buscan entre la basura su sustento diario. Algunos recolectan hierro, cobre, latitas. Otros separan frutas y verduras aún en buen estado. Hay quienes incluso dependen de lo que las carnicerías descartan. «Nos traen carne, hasta milanesa y picaña, y no está podrida», me dijo Mingo, un trabajador del basural que no tiene vergüenza de lo que hace. «Porque acá, lo que para ustedes es basura, para nosotros es plata. Si tuviéramos más herramientas, seríamos ricos con la basura de los otros».

Nunca me detuve a pensar en lo que esto significa cuando saco la basura de mi casa, sin separar, como hace la mayoría. Pero en el basural llega de todo: desde restos de comida hasta animales muertos, todo a la intemperie. Y mientras unos revuelven buscando algo útil, otros queman lo que no sirve. La primera impresión es contaminación, humo, olor. Pero ellos lo explican con pragmatismo: «Si no quemamos, la basura pesa mucho y la máquina no tiene fuerza. Peor sería que caiga todo al río (Paraná), y se contamine.

En otros lugares, la basura es dinero. Todo se recicla, se reutiliza. Pero acá, la gente no lo sabe o no lo entiende. Y quienes sí lo entienden, hacen lo que pueden con lo que tienen. «Nosotros sacamos hasta $60.000 por día, depende del día»,  contaron. «Vendemos a Eldorado, nos compran las placas de los monitores, el cobre».

No estoy diciendo que esta sea una historia de éxito ni de superación. Es simplemente una historia real. Es la historia de Mingo y de muchos otros que encuentran en lo que desechamos su forma de subsistir. Es la historia de una mujer que cruza desde Paraguay para juntar comida en la basura. Es la historia de un sistema donde todo esto sigue siendo invisible…

Lo lamentamos. No hay nada que mostrar aún.

SEGUINOS

error: Contenido protegido!