Al Caer el Sol: Magia, música y sonrisas, así se vivió el atardecer más encantador en Cataratas

Al caer el sol, algo mágico sucedió en el corazón del Parque Nacional Iguazú. En medio de los sonidos del agua y el susurro de la selva, unas 300 personas, entre familias, niños y visitantes, vivieron una experiencia tan romántica como divertida, en un evento que promete convertirse en un clásico: “Al Caer el Sol en Cataratas”. Este ciclo de encuentros es posible gracias al trabajo conjunto entre Iguazú Argentina, el Ministerio de Cultura de Misiones y el Parque Nacional Iguazú

Iguazú (LaVozdeCataratas) Mientras el cielo comenzaba a pintarse de tonos naranjas y dorados, llegaron los colectivos de Río Uruguay, rebosantes de niños emocionados. Bajaban entre risas, ojos curiosos y abrazos apurados, con el espíritu de la aventura a flor de piel. Los recibieron payasos acrobáticos que, con su energía imparable y coloridos trajes, transformaron el acceso al parque en un escenario de alegría, abrazos de colores y carcajadas.

La jornada fue creciendo en intensidad. El Parque se llenó de mate,  meriendas compartidas y familias disfrutando de un espectáculo que tenía todo: magia, teatro, acrobacias y esa chispa que solo los artistas circenses saben encender. Y como si el atardecer necesitara una banda sonora perfecta, el DJ misionero Gustavo Madionna tomó el control de la música y nos regaló una ambientación tan envolvente como los propios sonidos de la naturaleza.

A través del programa “Al Caer el Sol”, el evento apuesta a mucho más que una tarde de diversión. Busca sembrar valores de comunidad, arte local y solidaridad, en un entorno natural único en el mundo.

Este ciclo de encuentros es posible gracias al trabajo conjunto entre Iguazú Argentina, el Ministerio de Cultura de Misiones y el Parque Nacional Iguazú, con el objetivo de brindar a la comunidad y a los visitantes momentos inolvidables, sin barreras. Y en ese mismo espíritu, la empresa Río Uruguay se sumó ofreciendo transporte gratuito ida y vuelta desde Iguazú, garantizando que todos puedan ser parte de esta celebración.

El sol se despidió, pero las sonrisas quedaron. Y mientras las familias volvían a casa con el corazón lleno, una promesa flotaba en el aire selvático: “esperanos para el próximo encuentro”. Porque cuando el arte, la naturaleza y la comunidad se abrazan, la magia sucede. Y en Iguazú, esa magia está más viva que nunca.

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