Iguazú (LaVozDeCataratas) Durante el acto conmemorativo, que reunió a docentes, estudiantes, no solo se repasó la historia de la escuela, sino que se hizo especial énfasis en la importancia del rol que cumple la formación técnica en tecnología de alimentos en una comunidad donde la producción agrícola, el cultivo familiar y la elaboración de alimentos caseros son parte fundamental del día a día.
La institución actualmente funciona en el edificio de la Escuela N.º 862 y cuenta con una matrícula de 76 alumnos distribuidos entre 1.º, 2.º y 3.º año. Allí, los estudiantes reciben formación técnica orientada al procesamiento, control y conservación de alimentos, una especialidad que brinda herramientas concretas para emprender, generar valor agregado a la producción local y fomentar la soberanía alimentaria.
Esta escuela no es solo un espacio de formación académica, es un motor para el desarrollo de la comunidad. Allí se aprende a elaborar dulces, panificados, conservas, se trabaja con buenas prácticas agrícolas, y sobre todo, se apuesta a que los jóvenes puedan quedarse en el territorio, emprender y aportar al crecimiento local con herramientas reales.
Los alumnos de la EPET N.º 51 participan de ferias, concursos y muestras técnicas, donde exponen sus conocimientos y productos elaborados en la institución, como jugos naturales, panificados, mermeladas y otros alimentos procesados a partir de la producción local. Además, muchos de ellos aplican lo aprendido en sus propias casas, fortaleciendo el valor del trabajo familiar, el cuidado del ambiente y el consumo responsable.
La EPET N.º 51 no solo forma técnicos; forma personas comprometidas con su entorno, con su identidad rural y con el desafío de construir un futuro con oportunidades desde el lugar donde nacieron. En una zona donde muchas veces los jóvenes deben migrar para continuar sus estudios, esta institución representa una alternativa concreta para quedarse y crecer en su propio territorio.