Iguazú (Kelly Ferreyra) Desde 1991, cuando recibió a su primer alumno con discapacidad, Viviana entendió que su misión iba más allá del aula. Allí nació una vocación que la llevó a abrir puertas donde antes solo había barreras. No buscó protagonismo ni aplausos, pero construyó —junto a su equipo, estudiantes y familias— un modelo educativo que puso a Iguazú en el mapa nacional de la inclusión.
Bajo su dirección, el Instituto Esperanza no solo educó: sembró dignidad, confianza y futuro en cientos de personas con discapacidad y sus entornos. Promovió con coraje y convicción la inserción laboral de sus alumnos en hoteles, comercios y distintos espacios comunitarios. Habló con hechos, no con discursos. Hizo del respeto y la perseverancia su sello.
En 2023 fue distinguida como una de las “Docentes que Inspiran” a nivel nacional, entre más de 2.000 postulantes. Pero quienes conocen su historia saben que su mayor premio fue siempre ver a sus alumnos avanzar, conquistar pequeñas grandes metas, superar límites, romper prejuicios.
Viviana representa a tantas mujeres trabajadoras que, lejos de los reflectores, dedican su vida a transformar realidades. Su ejemplo es el que verdaderamente enriquece a una sociedad: el del compromiso silencioso, la constancia sin marketing, la entrega que no necesita escudos partidarios ni cargos públicos para dejar una marca profunda y positiva.
Hoy, en este Día del Trabajador, no solo celebramos su historia: la tomamos como faro. Como inspiración. Como una muestra de que el trabajo bien hecho, con amor y valores, sí puede cambiar el mundo.
Gracias, Vivi, por enseñarnos que trabajar es también construir futuro sin esperar aplausos, solo confiando en la fuerza de lo justo.
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