Sin redes, sin notificaciones, sin pantallas: La fumata, el ritual que sobrevive a la era digital para anunciar al nuevo Papa

Mientras el mundo entero vive pendiente de las notificaciones automáticas, los tuits en tiempo real y los anuncios vía streaming, hay un rincón en la Tierra que, frente al acontecimiento más trascendental de su institución, elige hablar con humo. Así, en pleno 2025, el Vaticano inicia un nuevo cónclave bajo la misma señal que hace siglos: una voluta blanca que se eleva desde la chimenea de la Capilla Sixtina para anunciar la elección de un nuevo Papa.

Iguazú (LaVozDeCataratas) Lejos de los algoritmos, los LED y las apps, el proceso mantiene su mística intacta. Comenzó este miércoles con el ingreso de 133 cardenales electores —el número más alto en la historia de los cónclaves—, quienes representan a 70 países. Mientras tanto, afuera, drones vigilan la plaza de San Pedro y se cortan deliberadamente las señales de internet. Adentro, los celulares son confiscados, se impone el voto en papel y reina el silencio más estricto, bajo pena de excomunión.

El ritual comienza con las palabras «Extra omnes», que marcan la salida de todos los ajenos al cónclave. A partir de ahí, todo queda entre las paredes renacentistas de la Capilla Sixtina. La elección se define por mayoría calificada: al menos 89 votos. Y mientras en el exterior los fieles y el mundo entero esperan noticias, lo que llega no es un banner digital, sino una señal ancestral: humo blanco, hay Papa; humo negro, aún no.

Este sistema no nació como símbolo, sino por necesidad. Desde el siglo XV se queman las papeletas tras cada votación. Pero fue recién tras la confusión generada en el cónclave de 1958 —cuando un humo gris engañó a miles y generó falsas celebraciones— que el Vaticano perfeccionó el sistema. Hoy se emplean dos estufas y una mezcla química precisa (perclorato de potasio, lactosa y resina de pino) que aseguran una señal clara, sin ambigüedades.

El contraste es lo que llama la atención. En tiempos en que muchos cardenales tienen redes sociales y los rostros son identificados por reconocimiento facial, la Iglesia elige interrumpir el siglo XXI por unos días. La decisión es deliberada: proteger el espíritu del discernimiento y el silencio sagrado. La elección del nuevo Papa no será anunciada por una app. Será, como siempre, un susurro al cielo romano en forma de humo.

error: Contenido protegido!