Iguazú (Kelly Ferreyra) Una de las presentaciones más destacadas estuvo a cargo de La Farigola, emprendimiento de la ciudad de Oberá, representado por la reconocida chef Maura Fuchs, quien propuso una fusión de ingredientes autóctonos con técnicas contemporáneas. Entre las preparaciones se ofrecieron: Sandwich de bondiola con chutney de guabiroba. Mbeyú relleno con pacú. Sopa paraguaya.Pan de maíz con hongos. Pollo al curry con mango y bebidas tradicionales como mate cocido quemado y té frío artesanal.
Cada plato no solo sorprendió por su sabor, sino que invitó a reflexionar sobre el valor de los productos locales. “Misiones tiene ingredientes que en el mundo son altamente valorados: frutas nativas, raíces, pescados de río, hongos silvestres… Una diversidad que hace que nuestra mesa sea saludable, sostenible y muchas veces más económica”, explicó Fuchs.
La propuesta gastronómica misionera, influenciada por la herencia guaraní, jesuítica y de los colonos europeos, rescata saberes ancestrales y los actualiza con creatividad. Platos como el cordero con hongos y puré de mandioca evocan sabores de la infancia y tradiciones familiares ligadas a la chacra, cuando el alimento se recolectaba de la tierra y se cocinaba con lo que daba la temporada.
La feria fue también una oportunidad para poner en valor el potencial turístico y económico de la gastronomía basada en la biodiversidad, una tendencia global que encuentra en Misiones un terreno fértil. Con productos nobles, técnicas heredadas y un profundo respeto por el entorno, la cocina misionera sigue creciendo y ganando espacio entre quienes buscan nuevos sabores con historia y sentido.
Esta experiencia no solo permitió degustar exquisiteces, sino también reconocer que la biodiversidad no solo se conserva en la selva: también se celebra en el plato.
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