Iguazú (LaVozDeCataratas) Larsen, quien promovió la eliminación de la obligatoriedad de habilitación para los guías oficiales y facilitó que empresas privadas operen excursiones sin personal calificado, fue el blanco de una masiva movilización nacional de trabajadores de parques a principios de este mes. Sin embargo, durante su reciente visita a la ciudad de las Cataratas, no solo evitó reunirse con los representantes del sector, sino que tampoco emitió declaración alguna sobre el conflicto que él mismo generó.
En su carta de renuncia, publicada en redes sociales, el ahora exfuncionario hizo una valoración positiva de su paso por la institución, asegurando que logró «recuperar la soberanía y el orden» en las áreas protegidas, sin mencionar el descontento generalizado dentro del organismo ni los serios cuestionamientos por sus decisiones. Entre ellas, los polémicos desalojos de comunidades originarias, las medidas que precarizaron la labor de conservación, y el desfinanciamiento operativo frente a emergencias ambientales.
Larsen protagonizó también un episodio muy criticado durante los incendios forestales en la Patagonia, cuando se trasladó a Bariloche a bordo de un avión hidrante destinado al combate del fuego y fue descubierto almorzando en un exclusivo restaurante con vista al lago, con una factura de casi medio millón de pesos. Todo eso mientras brigadistas carecían de equipamiento básico para enfrentar las llamas.
Pese a los cuestionamientos, en su despedida no asumió errores ni explicó por qué renuncia a una gestión que, según él, fue “exitosa”. Simplemente afirmó que su salida responde al deseo de “seguir aportando a las ideas de la libertad desde otro lugar”, y hasta se puso a disposición para ocupar nuevos cargos en la administración nacional.
Mientras tanto, los problemas que deja en Parques Nacionales son múltiples y de gravedad: desde conflictos territoriales y debilitamiento del rol de los guías profesionales, hasta un sistema de protección ambiental diezmado por los recortes presupuestarios. En Iguazú, epicentro del turismo natural en Argentina, su salida fue vista como un paso necesario, aunque tardío.