Iguazú (LaVozDeCataratas) Estas denuncias, aunque no implican intrusión técnica en cuentas bancarias, constituyen delitos informáticos bajo la modalidad de «phishing social» o fraude digital, y pueden ser tipificadas bajo estafa en el Código Penal Argentino.
En una de las denuncias, una vecina fue contactada por un supuesto comprador interesado en un producto publicado por ella en redes. Tras acordar el pago, el estafador le envió un comprobante falso de transferencia por un monto superior al acordado y luego le pidió que le reintegrara la diferencia. La víctima descubrió que no existía tal transferencia luego de verificarlo con su entidad bancaria.
Otro caso involucró a una vecina cuya identidad fue utilizada por terceros para concretar ventas ficticias. Utilizando su nombre y reputación, los estafadores ofrecían productos por redes sociales, solicitaban pagos por adelantado y luego desaparecían. Esta situación no solo afectó a los compradores engañados, sino que también dañó la imagen pública de la persona suplantada.
Finalmente, se reportó una tercera denuncia relacionada con el ofrecimiento fraudulento de productos o alquileres inexistentes a través de plataformas digitales. En este caso, los delincuentes pedían una seña o adelanto por transferencia bancaria, tras lo cual cortaban todo tipo de contacto.
Desde las fuerzas de seguridad locales recordaron la importancia de verificar siempre la identidad del vendedor, evitar pagos anticipados sin garantías y consultar con las entidades bancarias ante cualquier duda sobre transferencias. También se recomienda realizar las denuncias de inmediato para contribuir con la investigación de este tipo de delitos.
Las causas ya se encuentran en manos de la Justicia, que avanza con la recopilación de pruebas y el rastreo de los autores.