Iguazú (LaVozDeCataratas) En lugar de ello tienen que recurrir a calcetines, trapos o papel, una situación nada digna y que afecta su autoestima y frenando así sus oportunidades educativas y desenvolvimiento social.
Al respecto, Natalia Haag, directora de Testeo y Prevención de VIH de AHF (Aids Healthcare Foundation) Argentina explicó: “No siempre las personas pueden acceder a los medios correspondientes de higiene menstrual o contar con instalaciones de baño seguras.
Por este motivo, es vital vincular la salud menstrual a políticas de estado y considerarlo como un derecho que debe ser garantizado económicamente y aceptado socialmente sin tabúes”.
De acuerdo con UNICEF, en el mundo más de mil 800 millones de personas menstrúan, pero a 500 millones de ellas se les niega el acceso a instalaciones seguras y a los productos sanitarios que ayudan a manejar sus períodos de manera saludable. De acuerdo con un estudio del Instituto CEERI, en la región de América Latina y El Caribe, solamente 9 de 31 países consideran a los productos de higiene menstrual como productos de primera necesidad.
El Día de la Salud Menstrual es reconocido cada 28 de mayo en el mundo y fue lanzado por activistas en 2014 para resaltar la importancia de la educación sobre el manejo de la salud menstrual y empoderar a todas las personas menstruantes para participar plenamente en la sociedad y vivir una vida saludable y autodeterminada.
En Argentina, se llevarán a cabo acciones para concientizar sobre el acceso a la gestión menstrual como un derecho para todas las personas menstruantes que habitan en el país.
En el país, más de 12 millones de niñas, adolescentes, mujeres, varones trans y no binaries menstrúan. Sin embargo, los productos de higiene menstrual pueden ser hasta un 50% más costosos que el promedio de productos de la canasta básica.
Los obstáculos económicos que se experimentan en el acceso a estos productos (toallitas, tampones, copas u otros), así como los tabúes sociales alrededor de la menstruación, tienen consecuencias en su salud, educación y bienestar general de las personas menstruantes.
Urge hablar de la menstruación y educar en el respeto, tanto a niños como a niñas. Además, la constante búsqueda en la generación de las políticas públicas para crear entornos en que las personas menstruantes tengan acceso a los implementos durante su periodo, logrando combatir el estigma entorno a la menstruación y que las personas accedan a su Derecho a menstruar con dignidad y a no ser segregadas nunca más.
Según datos oficiales de la plataforma “Precios Claros”, del Gobierno nacional, en Argentina el promedio del gasto anual de menstruar utilizando toallitas es $43.276.31, y en el caso de los tampones es de $64.232.44.
Diferentes provincias como Misiones, Córdoba, Tucumán, La Rioja, San Luis ya tienen políticas públicas de gestión menstrual que facilitan el acceso de estos productos a niñas, adolescentes y mujeres.
Fuente: NA