Iguazú (LaVozDeCataratas) El martes 10 de diciembre, cerca de las 20 horas, el caudal del río alcanzó un pico de 8.910 m³/s, cifra notoriamente superior al promedio habitual. Actualmente, el flujo ha disminuido a 7.320 m³/s, aunque sigue representando un volumen considerable. Esta crecida, seis veces mayor al normal, es consecuencia directa de las persistentes precipitaciones en la cuenca de aporte del río.
Para proteger las infraestructuras y garantizar la seguridad, las autoridades aplicaron el protocolo de crecientes, que incluyó el rebatimiento de las barandas del balcón de la Garganta del Diablo y los últimos 200 metros de pasarela que conducen al atractivo principal.
Los equipos técnicos del Parque Nacional Iguazú, en conjunto con Iguazú Argentina, mantienen un monitoreo constante de la situación. Además, están en comunicación con las represas brasileñas, cuyos informes ayudan a anticipar los picos de creciente y coordinar acciones preventivas.
Por el momento, no se han registrado daños adicionales en las estructuras del circuito, y la reapertura estará supeditada a la evolución de las condiciones del río y el clima en la región.