Bajo caudal en las Cataratas, revela un paisaje diferente que no deja de maravillar

Desde el pasado viernes 4 de abril, el caudal del río Iguazú ha disminuido notablemente, registrando menos de 1.000 metros cúbicos por segundo (m³/s) en el sector de las Cataratas, lo que ha transformado el paisaje habitual del Parque Nacional Iguazú. Esta variación permite una nueva lectura visual del entorno, destacando formaciones geológicas y detalles normalmente ocultos por la fuerza del agua.

Iguazú (LaVozDeCataratas) Según datos de la Compañía Paranaense de Energia (Copel), el nivel más bajo se registró durante la noche del martes 8 de abril, cuando el caudal alcanzó los 407 m³/s a las 20:00 hs, muy por debajo del promedio habitual que oscila entre 1.300 y 1.800 m³/s.

Un espectáculo distinto, igual de impresionante

La disminución del agua no resta atractivo al paseo. Por el contrario, revela aspectos sorprendentes del paisaje natural: las paredes rocosas, los orígenes geológicos de las cataratas y formaciones que permanecen ocultas cuando el caudal es alto. Esta es una oportunidad única para quienes visitan el parque durante la temporada seca, ya que pueden observar de manera más clara la estructura que da forma a este ícono natural.

Además, uno de los beneficios más destacados de esta temporada es la amplia visibilidad de la Garganta del Diablo, la cascada más imponente del conjunto. Tanto desde el lado argentino como desde el brasileño, los visitantes pueden apreciar con mayor nitidez su profundidad y relieve, y tomar fotografías que capturan una belleza distinta a la de los días de gran caudal.

El Parque Nacional Iguazú sigue siendo un destino imperdible durante todo el año, y esta etapa particular ofrece una perspectiva que impresiona por la fuerza silenciosa de su geología, recordando que las Cataratas no solo impactan por su potencia hídrica, sino también por la historia natural que esculpieron millones de años de erosión y movimiento tectónico.

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