Iguazú (LaVozDeCataratas) Un nuevo estudio binacional sobre el estado del yaguareté (Panthera onca) en la Selva Misionera reveló una leve disminución en la población de este felino emblemático, considerado en peligro crítico de extinción en Argentina.
Según los datos presentados este lunes en Posadas por la Fundación Vida Silvestre Argentina y el CONICET, la población estimada pasó de 93 ejemplares en 2022 a una media de 84 en 2025, con un rango que oscila entre 64 y 110 individuos.
La información surge del monitoreo poblacional que se realiza cada dos años desde 2003 en el Bosque Atlántico del Alto Paraná, que abarca la Selva Misionera y áreas protegidas de Brasil, como el Parque Nacional do Iguaçu y el Parque Estadual do Turvo.
Una señal de alarma para la conservación
“El yaguareté es un indicador clave de la salud ambiental. Esta disminución, aunque leve, refleja una presión creciente sobre nuestros ecosistemas”, advirtió Lucía Lazzari, de la Fundación Vida Silvestre Argentina. Desde la organización remarcan la necesidad urgente de reforzar el control contra la caza furtiva, prevenir los conflictos con animales domésticos y fortalecer el financiamiento de los parques naturales.
Por su parte, el investigador Agustín Paviolo, del Proyecto Yaguareté, expresó: “No podemos bajar los brazos. Entre 2006 y 2018 duplicamos la población con trabajo sostenido. Este retroceso muestra que los esfuerzos deben mantenerse y multiplicarse”.
Una especie con historia de resiliencia
En los años ‘90 se estimaba que vivían entre 400 y 800 yaguaretés en la región. Pero para 2005 la población se había reducido drásticamente a solo 40 ejemplares. Desde entonces, el monitoreo con cámaras trampa y collares satelitales, sumado a acciones coordinadas de conservación, permitieron duplicar el número.
Sin embargo, esta especie sigue bajo amenaza. La caza ilegal, el atropellamiento en rutas, la pérdida de hábitat y los conflictos con el ganado son los principales factores de riesgo.
Corredores de vida sin fronteras
Una de las claves para la supervivencia del yaguareté es la conectividad del hábitat. Los corredores verdes que unen áreas protegidas de Argentina y Brasil son esenciales. “La fauna no reconoce fronteras”, remarcan los investigadores.
Ejemplares como Hendú, Kunumi, Perí, Araucano y Urupé fueron registrados cruzando entre países, utilizando estos corredores vitales. Cada uno de ellos puede ser identificado por las manchas únicas de su pelaje, como una huella dactilar.
“El monitoreo binacional cubre más de 570.000 hectáreas —equivalente a 27 veces la ciudad de Buenos Aires—, con 267 cámaras trampa activas”, detallaron desde el Instituto de Biología Subtropical (UNaM – CONICET).
Conservar al yaguareté es conservar la selva
Proteger al yaguareté implica proteger el equilibrio de toda la selva misionera, su biodiversidad, sus fuentes de agua y su valor cultural. También representa una oportunidad para el desarrollo sustentable, ya que fomenta el turismo responsable y la valoración del patrimonio natural.
Los especialistas coinciden: este no es un punto final, sino una advertencia. El futuro del yaguareté depende del compromiso sostenido de la sociedad, las autoridades y las instituciones. Cada esfuerzo cuenta para evitar que este ícono de la naturaleza desaparezca de nuestras selvas.
Monitoreo 2024__Crédito_ Proyecto Yaguareté (Ceiba – CONICET)